Caso Maradona: el escándalo y las sospechas detrás de la filtración de las conclusiones de la junta médica
El viernes por la tarde, varios periodistas recibieron en sus teléfonos vía WhatsApp un archivo PDF de 70 páginas. Una revisión rápida del documento los sorprendió: eran las conclusiones de los peritos oficiales de la junta médica interdisciplinaria citada por la Justicia para resolver los puntos más oscuros de la muerte de Diego Armando Maradona.
Para la fiscal Laura Capra junto a sus colegas Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, la junta era básicamente todo. Lo que dijeran los expertos en mayoría, unanimidad o disidencia sería clave para definir las imputaciones del caso con el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, hoy investigados por homicidio culposo. Podrían ser acusados, por ejemplo, de homicidio simple con dolo eventual, de haber ignorado los signos en el cuerpo de Diego para dejarlo morir.
Y así lo dijeron los once peritos oficiales que firmaron ese documento, médicos eminentes como el comisario mayor Carlos Mauricio Cassinelli, el jefe de medicina legal de la Superintendencia de Policía Científica de la Policía Bonaerense, la virtual cabeza de la junta. En la lista de especialistas oficiales hay catedráticos de la UBA, jefes de otros hospitales. Las credenciales son intocables.
Y así fue. Los especialistas, tras más de dos meses de deliberar más de cuatro horas cada lunes y jueves vía Zoom aseguraron que Maradona fue abandonado “a su suerte”. El documento estaba dirigido a los fiscales del caso, pero los fiscales no lo habían recibido. El archivo ingresaba a su teléfono también. No lo reconocían. El documento, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, se esperaba de manera oficial el lunes al mediodía.
Los peritos oficiales no eran los únicos. También están los peritos designados por los particulares damnificados del caso. Matías Morla, abogado de las hermanas de Diego, que logró ser particular damnificado tras una pelea en varias instancias de la Justicia de San Isidro, no presentó un perito propio. Las defensas de Leopoldo Luque y Cosachov también sentaron expertos en la mesa. Así, la química interna de la junta fue complicada. Peritos oficiales y de las defensas confrontaron en una manera similar a la de la junta médica original que investigó la muerte de Alberto Nisman, en posiciones férreas.
Se esperaba que estos peritos redactaran sus conclusiones el fin de semana para entregarlas el lunes en la cita oficial, muchos ni siquiera habían visto el informe que llegó a la prensa.
La filtración generó una indignación inmediata entre funcionarios de la Justicia y los otros peritos. La percibieron como una profunda falta ética. También, la percibieron como un obvio intento de embarrar la cancha, dado los contenidos que afectaban particularmente a Agustina Cosachov, cuyo nombre aparece 14 veces en las páginas contra nueve apariciones de Luque.
Sin embargo, hubo un giro en cuestión de horas. Ayer sábado por la noche, altas fuentes del caso confirmaban a Infobae: “Ya tenemos identificado al supuesto responsable de la filtración”.
Repitieron un nombre: el de Aníbal Areco, psiquiatra y médico legista, perito por Agustina Cosachov. La señal para identificarlo fue muy curiosa.
Dentro del documento que se envió a la prensa y que eventualmente llegó a los fiscales, aseguran las fuentes, el encargado de confeccionar el archivo PDF plantó una marca que identificaba a cada recipiente. Ese archivo mostró la marca digital correspondiente a Areco.
Por lo pronto, hay una sola teoría alrededor de la filtración: un intento de impugnar la junta y así boicotear la principal prueba contra Cosachov. La aparición de Vadim Mischanchuk, abogado de la psiquiatra, con una larga entrevista en la noche del viernes en TV Nostra, el programa de Jorge Rial en América, llamó la atención de los investigadores.
“Ese informe que circula en los medios -que vamos a ver si el lunes todos los peritos que figuran ahí lo firman de conformidad en disidencia-, es una barbaridad y que va a dar lugar a una investigación penal, seguramente, porque acá hay violación del secreto profesional. Se está metiendo presión. Alguien lo instaló para que muchos de los que figuran ahí sientan el peso social de tener que firmarlo y no tener que enfrentarse a un colega”, dijo el abogado sobre la filtración del informe.
Luego, continuó: “Si el lunes esto es presentado, nosotros tenemos plan A, B y C. Esto puede ser atacado de nulidad o podemos recusar a los peritos y que se haga una junta nueva. La filtración es gravísimo”.
Esta última frase, para los investigadores, fue inquietante y una señal a tener en cuenta.
Por lo pronto, se estima que podría presentarse una denuncia contra Areco ante autoridades médicas civiles. Un posible pedido de nulidad de Mischanchuk es ciertamente esperado. Cómo lo hicieron llegar a la prensa y por qué, con un alcance masivo a periodistas, es otro punto oscuro. Este medio contactó a Areco para tener su versión de los hechos, todavía se espera una respuesta.
Mischanchuk, mientras tanto, asegura: “Ese día -por el viernes en que fue filtrado el documento- ni siquiera lo tuve yo el informe. Me parece muy raro porque Aníbal (Areco)es un tipo con un perfil muy bajo. Me suena a una cama porque somos la defensa que más activa está. Yo lo hablé con Aníbal y me dijo que no fue así. No tiene contacto con la prensa”.
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