Cambios en cúpula militar de Norte de Santander no fueron por el atentado a Duque
La seguridad en Norte de Santander flaqueó con el atentado a la Trigésima Brigada del Ejército en Cúcuta el pasado 16 de junio, cuando ingresó al lugar un carro bomba que luego explotó en dos ocasiones dejando 36 heridos. Días después, el 25 de junio, también en ese departamento, ocurrió el atentado contra el helicóptero presidencial en el que viajaba el presidente Iván Duque y dos ministros.
Se creyó que por toda esta situación el Ejército Nacional había anunciado los cambios al interior de la brigada 30 de la institución, que opera en Cúcuta. La información se dio a conocer el 28 de junio, y entre las modificaciones está la salida de varias cabezas de la cúpula militar.
Uno de los primeros cambios anunciados tiene que ver con el puesto de comandante de la segunda división del Ejército, que tiene jurisdicción en Boyacá, Santander y Norte de Santander. Hasta el momento el puesto venía siendo ocupado por el general Marcos Pinto, pero ahora llega el general Omar Sepúlveda a coordinar el grupo. Pinto pasará dirigir el Comando de Educación y Doctrina de la institución desde Bogotá.
Sin embargo, este martes El Tiempo reveló que según fuentes militares, estos cambios no se dieron por el atentado que sufrió el jefe de Estado, sino que eran cambios que ya se habían programado semanas atrás.
“No es un traslado como sanción, es un traslado institucional previsto en la línea de mando desde hace más de un mes”, le dijo esa fuente al diario bogotano.
En cuanto a los cambios locales en la brigada 30, el coronel Ilvar Orlando Gonzáles, quien se desempeñaba como comandante del grupo, fue relevado del cargo. En su reemplazo llega el brigadier general Fabio Leonardo Caro, quien se venía desempeñando como comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano que opera en el Catatumbo, subregión ubicada en Norte de Santander. Este último grupo también tendrá un nuevo líder, y será el coronel Diego Jaramillo Muñoz.
No se descarta que durante lo que queda de junio y las primeras semanas de julio se realicen más cambios en el Ejército Nacional.
También se especula que pueden haber problemas con los servicios y estudios de inteligencia, pues no previnieron el ataque a la sede de la brigada 30 y el ataque al presidente, ambos ocurridos en la misma zona y con solo diez días de diferencia.
Los ataques al Ejército Nacional
El primer hecho que puso en jaque a la institución militar del país ocurrió el pasado 15 de junio, cuando una camioneta Toyota Fortuner blanca entró a las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército. El hecho dejó 36 soldados heridos y causó afectaciones en la estructura física del lugar.
En principio, Diego Molano, ministro de Defensa, presentó la hipótesis de que el hecho fue planeado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sin embargo, el mismo ELN negó tener responsabilidad en el atentado.
Una hipótesis que sí está casi confirmada por las autoridades es que militares o civiles pudieron haber estado involucrados en el crimen, con el fin de dejar ingresar a la camioneta.
Esto lo señaló tanto el Ministerio de Defensa como las Fuerzas Militares, basados en la grabación de la entrada de la camioneta que explotó dentro de la base militar. En la misma, se puede ver que el soldado responsable del protocolo de ingreso revisa de forma breve el baúl del automóvil y, posteriormente, lo deja ingresar en una operación que duró menos de un minuto. No se revisa el carro con espejos o perros detectores de explosivos.
El otro hecho que causó revuelo dentro de la institución es que, a diez días de la explosión, en Norte de Santander, un helicóptero en el que se movilizaba el presidente, junto al ministro de Defensa y del Interior, fue atacado a bala desde tierra. El jefe de Estado y los miembros de su gabinete viajaban del municipio de Sardinata hacia Cúcuta cuando ocurrió el suceso que terminó sin heridos.
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