Después de pasar un día en San Miguel Xoxtla, Puebla, los migrantes continuaron el trayecto hacia la Ciudad de México, el cual comenzaron el pasado 23 de octubre en Tapachula, Chiapas, por lo que se dirigieron a la carretera México-Puebla para abordar camiones y vehículos de carga, en los cuales recorrieron un tramo de la autopista, pero poco después de iniciar su camino, fueron bajados de las unidades por elementos de la Guardia Nacional (GN) a la altura de los municipios Huejotzingo y Santa Ana Xalmimilulco.
Como respuesta a las acciones de los elementos de seguridad, los migrantes cerraron la circulación a los vehículos que transitaban en ambas direcciones, pues se replegaron a la caseta de San Martín Texmelucan para bloquear el paso de automóviles.
Según lo reportado por testigos, un conductor le proporcionó mil pesos a uno de los migrantes que se encontraban bloqueando el camino, por lo que cedieron a liberar un carril con dirección hacia la Ciudad de México, pues las personas que continuaron con su viaje hacia la Ciudad de México ocuparon tres carriles de la autopista.
Posteriormente, los elementos de la Guardia Nacional liberaron el sentido de circulación hacia Puebla. A pesar de que los migrantes intentaron abordar de nueva cuenta camiones y vehículos de carga, la GN impidió que tuvieran éxito, pues se argumentó que, si viajaban de esta forma, podrían caerse o lesionarse.
El dirigente de la organización Pueblos Unidos Migrantes, Irineo Mujica, informó que en la caravana estaba integrada por alrededor de 400 personas provenientes de los países centroamericanos de El Salvador, Nicaragua, Honduras, y el territorio caribeño Haití; quienes se integraron a un grupo de peregrinos que tienen como destino la Basílica de Guadalupe en el norte de la Ciudad de México.
“Esta es una caravana pacífica y estamos tan cerca de llegar, que mancharla con algún incidente sería problemático”, comentó Irineo Mujica, quien también aseguró que las autoridades poblanas les dieron un trato digno durante su paso por la entidad.
Personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quienes cuidaron a los migrantes de los posibles abusos a los que son vulnerables por parte de elementos de seguridad, pues los policías los escoltaron durante su camino en la carretera.
123,000 migrantes han solicitado asilo en México en lo que va del 2021, cifra que refleja la crisis migratoria que se vive en el país, pues en años anteriores se registraban alrededor de 40,000 personas que intentaban resguardarse en territorio nacional, número el cual hoy es triplicado.
Diversas caravanas de migrantes han partido desde el sur de México, la mayoría de sus integrantes busca llegar al norte del territorio para cruzar hacia Estados Unidos y tratar de obtener una mejoría en sus condiciones de vida.
Las autoridades mexicanas han sido criticadas por los diversos incidentes suscitados con los migrantes, pues recientemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exhortó a un cambio en las medidas que las fuerzas de seguridad sostienen para mantener el orden de estos viajeros en el país.
Estados Unidos ha implementado el programa “Quédate en México”, el cual obliga a los migrantes que solicitan entrar a aquél país en calidad de refugiados, a esperar en territorio nacional, por lo cual Human Rights Watch ha advertido que miles de solicitantes están en riesgo, pues son propensos a ser víctimas de secuestro, extorsión y violación sexual.
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