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Alberto Fernández endurece su postura ante el Fondo y descartó un salvataje financiero si fracasa la negociación en Washington

Alberto Fernández durante un acto oficial en la Casa Rosada (Raúl Martínez/)

Alberto Fernández interpretó la Evaluación Ex Post (EPE) del Fondo Monetario Internacional sobre el crédito Stand-By de 44.000 millones de dólares otorgado a Mauricio Macri como una anabólico técnico e institucional que fortalecerá hacia adelante su estrategia de negociación con la directora gerente Kristalina Georgieva, el staff y el board del FMI.

Sin embargo, no hay un sólo funcionario en el staff del Fondo, la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos, el directorio del FMI, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad de Joseph Biden que compartan la perspectiva del Presidente.

El Fondo Monetario Internacional reconoce en su EPE que Macri no cumplió con el programa acordado y que de todas maneras se aprobaron sucesivos desembolsos hasta llegar hasta los 44.000 millones de dólares. Pero ese reconocimiento institucional no implicará que el actual board del FMI avale un acuerdo con la Argentina sin ajuste económico y financiero.

Estados Unidos, Japón, Australia, Alemania y Canadá quieren un programa sustentable antes de autorizar la refinanciación del Stand-By contraído por Macri, y eso no depende de la interpretación política que haga Alberto Fernández del EPE de 139 páginas que se trató en la última reunión del board en 2021.

La estrategia presidencial ante la postura del FMI puede poner a la negociación en un laberinto con difícil salida. Si Alberto Fernández cree que puede mejorar el acuerdo apelando al EPE, y el board del FMI piensa exactamente lo contrario, un default en marzo empieza a tener la forma de una autoprofecía cumplida.

Alberto Fernandez, Kristalina Georgieva y Martín Guzmán
Alberto Fernandez, Kristalina Georgieva y Martín Guzmán durante la última negociación entre la Argentina y el FMI

A mediados de enero, la negociación se acelerará entre Buenos Aires y Washington, aunque no está previsto el desembarco de una misión del FMI para revisar las cuentas de la Argentina. Tampoco figura en agenda que Martín Guzmán vuele a DC para una reunión de trabajo con Kristalina Georgieva.

Alberto Fernández tiene una sola estrategia de negociación y apuesta a que el board del Fondo escuche sus argumentos políticos. En este contexto, el presidente ya descartó pedir a sus aliados en Europa y América Latina un crédito de emergencia para pagar los 3.000 millones de dólares de capital que vencen hacia fines de marzo.

Si Argentina no cierra un acuerdo antes que concluya marzo, caerá en default por falta de pago. Y la única posibilidad -si no hay refinanciación de la deuda contraída por Macri-, sería lograr que Francia, España y México aporten los 3.000 millones de dólares para cancelar la deuda que vence al comienzo del otoño.

“Ese plan está descartado porque (Emmanuel) Macron, (Pedro) Sánchez y (Andrés Manuel) López Obrador no tienen margen político para lograr que sus bancos centrales nos auxilien con esas partidas”, explicó un miembro del gabinete que conoce la marcha de las negociaciones.

-¿Y China puede autorizar que tomemos 3.000 millones del swap de 18.500 millones de dólares que tiene prestado en el Banco Central?-, insistió Infobae.

-Podría si su posición en el board fuera del 20 por ciento. Pero sólo tiene el 6 por ciento.

-Entonces…

-Entonces, nada. No hay plan B. Argentina negociará duro y se apoyará en el EPE del propio Fondo, adonde reconoció que se equivocó con Macri. Si ellos se equivocaron, que nos ayuden a enmendar su tremendo error.

El encuentro entre Biden y Alberto Fernández
Alberto Fernández y Joseph Biden en la cumbre del G20 en Roma

Argentina no tiene una sola posibilidad de obtener los 18.000 millones de dólares necesarios para enfrentar todos los vencimientos del FMI en 2022, si no hay un acuerdo entre Argentina y el organismo multilateral de crédito que permita refinanciar el Stand-By firmado por Macri con Christine Lagarde.

En marzo vencen cerca de 3.000 millones de dólares del FMI. Sin contar lo que se adeuda al Club de París -otros 2.000 millones de dólares-, que también se deben cancelar en marzo como se comprometió Alberto Fernández con Macron.

Además de lograr una eventual refinanciación de los 44.000 millones de dólares del Stand-By de Macri, el jefe de Estado y su ministro Guzmán también apuestan a obtener una cuota extra de los Derechos Especiales de Giro (DEG´s) que los países centrales no usan.

Pero es poco probable que Alemania, China, Rusia, México, Canadá, Francia, Italia y España cedan antes de marzo sus DEG´s para conformar un Fondo de Resiliencia tras las sucesivas olas de COVID-19. Argentina pensaba recibir 20.000 millones de dólares -de los 100.000 millones previstos a repartir-, una posibilidad que los tiempos geopolíticos y la burocracia multilateral ya convirtieron en utopía.

Alberto Fernández y su ministro de Economía cuentan con 12 semanas para cerrar un acuerdo con el FMI. Creen que el EPE del Fondo robustecerá su estrategia de negociación y que lograrán la refinanciación del Stand-By de Macri sin programa de ajuste económico.

En Washington aguardan que terminen los festejos de fin de año para ratificar ante el Presidente y Guzmán que Papa Noel son los padres.

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