El embajador argentino Daniel Capitanich compartió con un acusado del ataque terrorista a la AMIA la asunción del dictador sandinista Daniel Ortega en Nicaragua
El gobierno de Alberto Fernández escribió un nuevo capítulo de su ambigua política internacional. Este lunes, durante el acto de reasunción del dictador sandinista Daniel Ortega, el embajador argentino en Nicaragua, Daniel Capitanich, compartió la ceremonia junto a un funcionario iraní acusado de ser partícipe intelectual del atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Se trata de Mohsen Rezai, sobre quien pesa una alerta roja de Interpol. Meses atrás la cancillería argentina había condenado su designación por parte del mandatario de Irán, Ebrahim Raisi.
En carácter de vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, Rezai encabezó la delegación de Raisi en el acto de Ortega. Sobre él pesa una orden de captura internacional por el atentado terrorista perpetrado en Argentina en 1994, sin embargo el gobierno argentino ni siquiera intentó avanzar con el reclamo para su detención ayer en Managua. ¿Por qué el embajador Capitanich procedió a compartir la ceremonia junto con uno de los sindicados por el ataque a la AMIA en lugar de retirarse? ¿Desconocimiento, error o voluntad geopolítica? Un silencio inquietante que despierta nuevos interrogantes.
Más aún cuando el 25 de agosto de 2021, Argentina -a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores- expresó “su más enérgica condena” a la designación de Rezai en el gobierno de Irán. En aquella oportunidad, el repudio de la administración de Alberto Fernández también estuvo dirigido a raíz del nombramiento de Ahmad Vahidi en el Ministerio del Interior de Raisi. Sus designaciones, “constituyen una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)”.
“Rezai, al igual de Vahidi, es objeto de reclamo por parte de la Justicia argentina por haber tenido una participación clave en la toma de decisión y en la planificación del atentado cometido el 18 de julio de 1994 en el edificio de la AMIA y sobre él pesa una orden de captura internacional de Interpol”, manifestó Cancillería a través de un comunicado. En el mismo se solicitó a Irán “cooperar de manera plena con la Justicia argentina” para que los acusados “sean juzgados por tribunales competentes” y se recordó que en 2014 el Gobierno argentino, en ese entonces a cargo de Cristina Kirchner, afirmó que “solicitaría la inmediata aplicación del tratado de extradición” con Rezai.
Ayer, durante la toma de posesión de Daniel Ortega y Rosario Murillo, entre aplausos, el funcionario iraní fue presentado como “hermano Mohsen Rezai”. Este respondió el saludo y luego se fotografió junto al dictador sandinista; al de Venezuela, Nicolás Maduro; y al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Mohsen Rezai nació en 1954 en la provincia de Juzestán. En 1969 se trasladó a Ahvaz, donde estudió en una escuela de la Compañía Nacional de Petróleos de Irán y comenzó su militancia contra la monarquía Pahlaví. A los 17 años fue detenido y torturado por el servicio de inteligencia irání, SAVAK.
En su juventud formó el grupo islamista Mansurún que, con el triunfo de la Revolución Islámica en 1979, convergería con otros seis grupos armados en la Organización de los Muyahidines de la Revolución Islámica.
Durante 16 años, Rezai fue uno de los jefes de la Guardia Revolucionaria de la teocracia islámica. Ese período de tiempo incluyó tanto el ataque a la mutual israelita de 1994, como a la Embajada de Israel en 1992.
Además colaboró en sentar las bases de la creación de la Fuerza Aérea, Terrestre y Naval del Cuerpo de Guardianes, la fuerza élite que el mismo comandó. Su carrera política incluyó cuatro participaciones electorales como candidato conservador: en 2005, 2009, 2013 y en junio de 2021. En agosto del año pasado fue nombrado viceministro de Asuntos Económicos.
En la página oficial de Interpol, en la alerta roja que figura a su nombre, aparecen los cargos de “homicidio calificado, doblemente agravado (por haber sido cometido por odio racial o religioso y por ser un medio idóneo para causar un peligro común) en perjuicio de 85 víctimas fatales, en concurso ideal con lesiones leves y lesiones graves calificadas, en forma reiterada y daños múltiples agravados por haber sido cometidos por odio racial o religioso”.
Este lunes Rezai estuvo como invitado de honor en el comienzo del quinto mandato (el cuarto consecutivo) de Ortega. Ceremonia a la cual solo asistieron tres jefes de estado: Maduro, Díaz-Canel y Juan Orlando Hernández, de Honduras. Muestra cabal del rechazo de la comunidad internacional, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, al régimen sandinista por las reiteradas violaciones a los derechos humanos. Por su parte, China y Rusia, al igual que Irán, mandaron representantes. Daniel Capitanich hizo lo propio garantizando la presencia argentina.
SEGUIR LEYENDO: