¿Qué es la pansexualidad y cómo se vive? Dos personas nos lo cuentan
Cada 24 de mayo se conmemora el Día de la Visibilidad Pansexual, una iniciativa que comenzó en redes sociales impulsada por personas que pertenencen a esta orientación sexual y afectiva. El nombre completo de la conmemoración es Día de la Conciencia y de la Visibilidad Pansexual y Panromántica.
La bandera del Orgullo Pansexual está conformada por tres colores: magenta/rosa, azul, y amarillo. Esta bandera muestra la inclusión no solo de los binarismos tradicionales, sino también de las identidades y expresiones no binaries, así como de las personas trans. En términos generales, las personas pan muestran un interés erótico y/o afectivo por otrxs sin tomar en cuenta factores de género.
Si bien esta orientación va cobrando cada vez más notoriedad, tampoco ha estado exenta de controversias y de malentendidos. ¿En qué se diferencia de la bisexualidad, con la que suele asociarse y también antagonizarse? Dos personas pan nos explican con más detalle en qué consiste esta orientación y cómo viven como personas pansexuales y panrománticas.
Una orientación que es más incluyente
Yadza es una mujer cis (es decir, que vive de acuerdo al género que le fue asignado al nacer), es mexicana y tiene 29 años. Trabaja en el medio publicitario y también es una apasionada defensora de los derechos humanos y todo lo relativo a ello. A los 27 se dio cuenta de que le gustaban las personas con total independencia de su expresión de género. Aunque en un principio se identificó como bisexual, tiempo después esto cambió y se identificó como pansexual.
“En realidad me siento más cómoda llamándome pansexual, puntualmente para tener una óptica mucho más incluyente. Hay mucho debate entre si nombrarte pansexual es excluyente, pero la realidad es que al nombrarnos e identificarnos pansexuales tenemos la oportunidad de hablar abiertamente de la inclusión a las personas no binarias o de las personas trans. Por el peso histórico que hay —cómo entienden las personas que es ser bisexual—, es más complicado detallar la complejidad de nuestra experiencia bajo la identidad bisexual. Personalmente es nombrarte bajo la orientación que más describa tu experiencia como subjetividad”, puntualiza.
“No se trata de una moda”
Para ella es importante que se visibilice cada vez más la pansexualidad, como ya se ha hecho con otras orientaciones, como ha ocurrido con los hombres gays y las mujeres lesbianas. Al hablar de ello se visibiliza y se deja de ver como algo ajeno, como una invención o una tendencia producto de la moda.
“Hay algo muy importante que necesitamos hablar y es que no podemos elegir nuestra orientación sexual. Independiente de a quién amemos, somos personas con vivencias únicas y necesidades particulares; lejos de invalidar nuestras vivencias y nuestra personalidad con comentarios como Es una moda o ya no saben qué inventar, necesitamos comenzar a garantizar la inclusión y nuestros derechos. Nuestras vivencias son importantes y tan valiosas como el resto. Los prejuicios y las distintas violencias frenan nuestro desarrollo como sociedad”, señala.
Nombrar para frenar el odio la violencia
A decir de Yadza, el que se hable de la pansexualidad ayudará a que se puedan frenar y disminuir los discursos de odio y las violencias que conlleva vivir con una orientación no hegemónica: solo lo que se nombra existe y esto es algo que ella tiene claro. Ella espera que cada vez más personas sean visibles para que haya más lugares seguros y entornos libres de violencia.
“Mucha gente aún no sabe a qué me refiero cuando digo que soy pansexual. A mí me tocó crecer escuchando a mi mamá dar discursos de odio, ver cómo se vulneraba a mis compañeras bisexuales y lesbianas. La realidad es que por esta razón me tomó tantos años hablar y ejercer abiertamente mi orientación y por lo tanto mi identidad. Actualmente soy sumamente privilegiada, porque estoy rodeada de personas que aceptan y aplauden quién soy. Mi hermana fue la primera que escuchó de mi voz que soy pansexual y lo único que recibí de ella, de mi ex esposo, compañeras de trabajo, mi hija y de mis amistades fue amor”.
Diferencias y similitudes con la bisexualidad
Fabián Ramos es mexicano, tiene 29 años. Trabaja como cajero bancario y es escritor del género de fantasía. Aunque se identifica como género no conforme, está muy apegado al espectro masculino y usa los pronombres él/elle. Para Fabián es importante hacer la diferenciación entre bisexual y pansexual, y no tomarlos como equivalentes.
“La principal diferencia es el factor género. Que para empezar engloba muchas cosas y si de partida no se entiende, pues quizá será muy difícil entender la pansexualidad. Yo defino la pansexualidad como la atracción SIN factores de género involucrados, lo que hace la gran diferencia con la bisexualidad, porque en ella sí hay cierto grado de preferencia, ya sea por todo el espectro de géneros o solo una parte del mismo”, señala.
“La bisexualidad y la pansexualidad pueden coexistir”
Él también hace hincapié en que si bien actualmente existe un cierto “antagonismo” —sobre todo en medios digitales y redes sociales— entre la bisexualidad y la pansexualidad, ambas pueden coexistir. Para él es erróneo que las personas pan quieran borrar a las personas bi. De hecho él es una persona bisexual, y a su vez es panromántico.
“Me duele mucho ver, sobre todo en personas jóvenes de la comunidad, la falsa idea de que la pansexualidad borra la bisexualidad. Justo porque es ante todo una falacia que no es muy distinta a los discursos de odio similares como que las personas trans borran a las mujeres o que las personas no binarias borran a las personas trans. Esa sensación de borrado viene muchas veces de la ignorancia, y una presión social por querer controlar o ejercer una opresión sobre un grupo más oprimido. Creo que tanto lo bi como lo pan tienen su lugar y ninguna puede remplazar a la otra”, expresa.
Entender al mundo más allá de la división tradicional de hombres/mujeres
Para Fabián es importante nombrar la pansexualidad, darle voz y presencia. Desde su punto de vista es importante dejar atrás las concepciones tradicionales de que solo existen hombres y mujeres, sino que existe todo un abanico de posibilidades en cuanto al género y a las orientaciones erótico-afectivas.
“Difícilmente —y reto aquí a los lectores de esta entrevista a hacerlo— en los libros de texto de antes del nuevo milenio, es imposible encontrar una definición de la bisexualidad que no sea binarista y hasta cierto punto cisnormativa (N. del E: que solo toma en cuenta la noción tradicional de hombres y mujeres). A partir de la llegada de Internet y de la llegada del debate en foros y redes sociales es cuando las personas trans —y más recientemente no binarias— fue cuando pudieron sumarse a la conversación de que también podían ser parte del deseo de las personas bisexuales. Y al mismo tiempo, fue el momento propicio para separarse de esas barreras binaristas y cimentar lo que a día de hoy conocemos como la pansexualidad”, expresa.
Para Fabián es una paradoja necesaria el que cada vez haya más letras en el acrónimo LGBT+. Si bien podría ser confuso, también ayuda a que se hable más de las distintas identidades y vivencias, y darles a todas su justo lugar, comprensión y respeto.
“Aún hay mucho trabajo qué hacer por librarnos de los odios y prejuicios que hay contra la pansexualidad, pero podemos empezar por tener empatía y respeto por como quiera definirse cada quien, por que de eso se trata la diversidad: de ir sumando y valorar que cada quién pueda ser libre, con etiquetas o no. Un mundo lleno de etiquetas nos acerca también a un mundo donde tampoco sean motivo de sorpresa o importancia a la hora de respetarnos como personas”.
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