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Juan Pablo Toro, el argentino que quiere hacer historia en “la montaña asesina” del Himalaya

Juan Pablo Toro intentará hacer cumbre en el Nanga Parbat (@juanp_toro)

El Nanga Parbat es una montaña de 8.125 metros de altura que la convierte en la segunda más grande de Pakistán. Al mismo tiempo, es la novena cumbre más alta del mundo y entre sus caras destaca la vertiente de Rupal: la “pared más grande del planeta”, una cara “casi totalmente vertical durante 4600 metros. Un abismo inimaginable”, explica a Infobae Juan Pablo Toro, que junto a su compañero Matoco Erroz (Guía profesional de alta montaña), sueñan con convertirse en los primeros argentinos en llegar a la cima.

La nieve, el hielo, las rocas y el granito son los principales componentes que la sitúan entre las elevaciones naturales más peligrosas de la tierra, al punto de ser conocida como “La montaña asesina”. Con apenas 339 ascensiones a lo largo de su historia, registra 85 víctimas, teniendo una de las tasas de muertes/cumbres más elevadas de los 14 ochomiles (cordón de montañas en el Himalaya que superan los 8 mil metros de altura).

Con este imponente escenario se van a encontrar Juan Pablo y Matoco en una travesía que consistirá en no menos de un mes y medio hasta hacer cumbre: “El alpinismo es mi pasión”, destaca Juan Pablo, quien fusiona su interés por el deporte con su trabajo principal como director general de CIE Seguridad (Empresa de servicios de seguridad privada) desde hace más de 15 años.

El mendocino, de 51 años, se inició en el espectacular mundo del alpinismo hace más de una década, debutando con el Lanín (volcán al sur de Argentina de 3776 metros de altura). “Con el correr del tiempo me entusiasmé, hice un par de montañas de 4 mil metros, 5 mil y tuve la suerte de hacer cumbre en el primer intento de Aconcagua (6961 mts) en 2013. En ese momento me di cuenta de que esto recién empezaba. Para muchos llegar a Aconcagua es el punto más alto al que uno puede llegar, pero para mí fue al revés. Dije: ‘Bueno, esto es lo que voy a hacer el resto de mi vida’. A partir de ahí me dediqué a entrenar solo para esto”, detalla.

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Nanga Parbat esta dentro de las 10 montañas más altas del mundo (@nangaparbatofficial)

Éste, sin embargo, será un desafío sin precedentes para el argentino, en el que por un lado estará él junto a su compañero, y por el otro el imponente Nanga Parbat con todas las historias que la rodean, entre ellas la muerte del argentino Mariano Galván en 2017.

“Era un groso. Mariano era un pionero que hizo varios ochomiles sólo y siempre sin oxígeno. Un animal. Él intentó el Nanga Parbat por una ruta un poco más compleja, que se había hecho una sola vez. Con su compañero español Alberto Zerain, quisieron hacer una ruta por una arista, se les desmoronó un bloque de hielo y cayeron”, recuerda sobre el triste episodio que se produjo aquel 24 de junio en la arista Manzeno, la cual fue barrida por una avalancha a 6.400 metros de altura.

“El Nanga tiene toda una historia atrás y eso fue lo que más me motivó”, asegura el argentino, conocedor también de la trágica travesía de los hermanos Messner y las expediciones nazis que acabaron con la vida de 26 personas en dos años diferentes.

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Nanga Parbat fue catalogada como la "Montaña asesina" por su elevada tasa de cumbres/muertes (@nangaparbatofficial)

El Nanga Parbat, así como otras montañas que integran los 14 ochomiles, se convirtió en una obsesión para los países más poderosos de la época, entre ellos la Alemania nazi, que escogió a está montaña del Himalaya para hacer cumbre como símbolo de poderío y fuerza.

Sin embargo, las expediciones iban a fracasar en sus dos intentos convirtiendo al Nanga Parbat en la “Leyenda negra” del régimen nazi. La primera marcha hacia la imponente elevación se produjo en 1934 y fue liderada por el alpinista Willy Merkl (ya había recorrido gran parte de ella en 1932). En aquella travesía murieron 4 alemanes y 6 sherpas por hipotermia y agotamiento.

Tres años más tarde, y con instrucciones precisas de Hitler (“Cumbre o Muerte”), que había hecho del Nanga Parbat un asunto personal, se llevó a cabo la segunda. En esa ocasión la aventura terminó convirtiéndose en la más trágica de la historia del alpinismo al acumular 16 muertes: seis alemanes, un austríaco y nueve sherpas, producto de una avalancha.

Hasta el momento de la primera ascensión que protagonizó Hermann Bhul en 1953, ya se habían registrado 31 personas fallecidas.

“De a poco me fue madurando en la cabeza la idea de ir a hacer un ochomil. A medida que iba progresando técnicamente y en altura empecé a pensar en eso”, explica Juan Pablo sobre el proyecto de escalar una de las montañas más altas del mundo. “Terminé resolviendo que si iba a ir una sola vez al Himalaya quería ir a una montaña que sea más difícil y menos accesible de lo que hoy por hoy es el Everest. A eso se sumó que de las 14 ochomiles hay solo dos que nunca subió ningún argentino. Fue ahí que dije, es por acá”, agrega.

Este alpinista argentino, que está a tres cumbres de completar las diez elevaciones más altas de América, detalla que el entrenamiento es anual y que ahora intensificó los ejercicios de piernas y tronco superior para intentar dominar al inmenso desnivel de 8.125 metros de altura.

“Una cosa es ascender y otra escalar. El Nanga Parbat es más físico y requiere que sepas progresar en un plano muy inclinado o casi vertical con uso de cuerdas, mosquetones y seguros. A diferencia del Everest, por ejemplo, solo se sube escalando. Tiene la particularidad de ser muy vertical en todos sus lados. Estás todo el tiempo en un plano muy inclinado de nieve, hielo y rocas. Es una montaña que requiere no solo resolver y aclimatarse a la altura sino también escalar en esas superficies y sobre todo estar físicamente en condiciones para hacer ese tipo de ascenso”.

Es por eso que su entrenamiento se centra en una parte aeróbica y de resistencia (de 3 o 4 horas, tres veces por semana, en bicicleta por terrenos rurales) y una de fuerza: “Desde que nos planteamos el proyecto empecé a entrenar más fuerte la parte física porque es una montaña muy exigente, estás todo el tiempo incómodo. Usaremos piquetas o directamente cuerdas en la parte rocosa ascendiendo con las piernas”.

Al mismo tiempo, reconoce que la parte mental también es crucial a la hora de encarar este tipo de monstruos naturales: “Es tan importante como la parte física. Tenés que estar muy decidido y seguro de que querés estar ahí y que querés llegar a la cumbre, porque a la menor duda que tengas vas a encontrar mil excusas para abandonar e irte”.

“Realmente tenés que estar muy seguro y convencido de que querés hacerlo. Y una vez que estás ahí los días son largos, son 10 horas de actividad extrema y ni hablar del día de cumbre. Verdaderamente la cabeza te tiene que acompañar porque la tentación de bajar y abandonar es grande”, advierte.

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Juan Pablo hará una travesía de no menos de 45 días en Pakistán (@juanp_toro)

Ésta será la expedición más larga de las que participó hasta el momento, la cual le demandará no menos de 45 días en los cuales estará sólo con su compañero de equipo y sus respectivas mochilas.

Consultado por Infobae acerca del contenido de las mismas, Juan Pablo destacó entre todo lo que llevarán dentro de ellas, la comida de altura (Provista por Camps Food, “es una comida deshidratada con un proceso químico que hace que no pesen nada. Después le agregás agua caliente -derritiendo nieve- y tenés arroz con vegetales, guiso de lentejas, fideos con verduras”) y aparatos tecnológicos (contarán con un servicio de internet satelital que le facilitará Tesacom, el cual les servirá para comunicarse por mensajes a pesar de estar a más de 6500 metros de altura).

“De alguna manera la montaña está en mi vida”, asegura Juan Pablo, que lleva 26 años de casado con Marina y tiene tres hijos: “Cuando le preguntan, ella siempre responde que confía mucho en mí y en mi criterio para tomar decisiones en la montaña. Me ha pasado de tener que tomar una decisión difícil y se tomó. Ella sabe que no voy a forzar una situación y no voy a extralimitarme en los riesgos que puedo correr”.

“Ella sabe que voy a estar lejos y casi incomunicado, pero confía en que vamos a tomar decisiones sabias pensando en que tenemos familia”, asegura Juan Pablo Toro, que junto a Matoco Erroz, sueñan con convertirse en los primeros argentinos en hacer cumbre en una de las montañas más peligrosas del planeta.

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