El problema es la política
Alberto Fernández, como presidente de la CELAC, protagonizó en la Cumbre de las Américas un “digo lo que pienso” ante el presidente de Estados Unidos con el mandato latinoamericano. ¿Y si probase hacer lo mismo en casa con el mandato que le dio ampliamente el pueblo argentino? A saber: recuperar la economía -eso está ocurriendo, más allá de la incertidumbre que manifiestan los empresarios-, derrotar la inflación –no ocurre- y achicar la grieta –se agranda sin interrupción, sumándose la propia-.
La política tiene también sus dichos. A saber. “Sólo se puede hacer lo que se puede explicar”: el ejemplo Matías Kulfas demuestra lo contrario. “No alcanzo para llegar, pero sobro para que no lleguen”: lamentablemente la política argentina está atravesando este momento. Y a las cansadas sólo para congraciarse con un electorado cada vez más alejado de ella, envía un pálido mensaje, interesándose en algo de la agenda de la sociedad. Sociedad que la considera como máquina de impedir más que de construir. La sociedad muestra sin tapujos su decepción para con la política, eso es peligroso. No se necesita ser un agudo observador para ver que el Presidente amaga con cortar el cordón umbilical político con su mentora, pero no se decide, a riesgo de quedar en la historia como el presidente que no pudo –por los tironeos internos-; que no supo –no se animó a consensuar políticas estratégicas-; que no quiso -en esto cree esta cronista que quiso pero antepuso la resolución de los conflictos internos al mandato de sus votantes-. A esta altura debiera el Presidente evaluar que el tiempo no es su aliado, sino su enemigo. El reloj y sus conductas políticas desgranan sus apoyaturas. El ex ministro de Educación, Nicolás Trotta, quien integra el Centro de Desarrollo y Concertación junto al ex ministro Daniel Arroyo, le dijo a Infobae: “La responsabilidad de que el FdT esté mal le cabe al Presidente porque es quien debe convocar al diálogo a la Vice, a los gobernadores y a todos los integrantes del espacio, para resetear su gobierno y encontrar políticas contra la inflación, para contrarrestar el 17% de los trabajadores en blanco que están bajo la línea de pobreza”.
En cuanto al gasoducto que se llevó puesto a Matías Kulfas, además de los errores técnicos cometidos por oficialistas y opositores, queda claro que Techint es la única empresa que puede fabricar esos caños en Argentina. Los caños están licitados pero no pagados. El estudio de impacto ambiental se está haciendo, aún sin terminar. No estaría de más que las provincias por donde pasará el gasoducto salgan en apoyo, dado la mano de obra que también significará para ellos. La clase política debe entender que Argentina necesita ese gasoducto y lo antes posible. Si el Presidente desea blindar todo el proceso de su construcción tiene a mano, al igual que las fuerzas políticas, el conocimiento técnico de la FIUBA, teniendo en cuenta el prestigio académico local e internacional de la mejor universidad iberoamericana.
El combustible es otro de los problemas. Se esperan anuncios sobre un paliativo no menor, el cual es estirar el corte del 5% que marca la ley, a un 10 o 15% propuesto por Córdoba y Santa Fe y la industria. El Presidente, el miércoles en Granadero Baigorria (Santa Fe), podría anunciarlo. Si el gobierno atiende esta sugerencia con un corte cercano al solicitado, implicaría sustituir prácticamente las 2 millones de toneladas de gasoil que se importan, evitando una erogación enorme de divisas, generando una importante transformación del aceite, mayor exportación de harina que sale del crushing de la soja, cuidando al medio ambiente, mayor valor agregado y dándole trabajo a las pequeñas y medianas empresas que lo elaboran. Hoy es la opción a la que el país debe atender.
La mesa de Enlace cree que el corte es parte de la solución, pero no la solución, y adelanta que los productores les están pidiendo medidas de protesta. Jorge Chemes, titular del CRA, le manifestó a este medio: “A fin de mes vamos a organizar una reunión grande en Buenos Aires, casi seguro, con todos los eslabones de la cadena agroindustrial. Elaboraremos un documento que luego a fin de mes o primeros días de julio repartiremos a lo largo de las rutas del país, sin cortarlas”. El documento no sólo contendrá la postura sobre el tema combustibles, sino reflotará los 19 puntos que oportunamente le acercaron al gobierno, entre ellos el tema de la carga impositiva, incluida retenciones, la falta de incentivo a la producción y el pedido de previsibilidad para los productores.
Otro tema tiene que ver con lo equitativa distribución de subsidios al transporte entre AMBA y el interior. Hoy se discuten en la comisión de Transporte con la presencia del ministro Alexis Guerrera, los once proyectos presentados. El secretario del área Diego Giuliano le dijo a Infobae: “Nosotros vamos a seguir trabajando para garantizar los $46 mil millones que estuvieron en el dictamen del Presupuesto rechazado”. Sucede que por inflación ya están solicitando $70 mil millones. En general los proyectos coinciden en un reparto equitativo en base a la flota, kilómetros recorridos y el personal de conducción. La oposición amaga con tener los números para sacar una ley, sería mucho más lógico que lo resuelva el Ejecutivo. Tal vez incrementando los subsidios al interior y congelando el del AMBA. Llevar esto al Congreso expondría a una situación muy difícil a diputados del FdT que saben del padecimiento que esta inequidad produce en sus provincias.
En la oposición comienza a hablarse de fórmulas cruzadas. Algún sector de la UCR sospecha que Gerardo Morales está acumulando para luego integrar la fórmula con Horacio Rodríguez Larreta. Si esto lo hace el presidente del partido, habilita al resto a hacer lo mismo. Resiste a esto con firmeza Facundo Manes, porque le quitaría chances. En este sentido Maximiliano Abad le afirmó a este medio: “Entendemos que con fórmulas cruzadas se pierde identidad de los espacios que compiten en una PASO, aunque todavía no es tiempo de definir fórmulas”.
Los empresarios más importantes del país nucleados en AEA tuvieron su reunión. Al no tener llegada clara y directa al gobierno, como tampoco la tuvieron con el ex presidente Macri, la misma se convirtió en una catarsis colectiva. El mensaje no apareció. Tal vez quisieron manifestar su frustración ante la decadencia y la impotencia de ver pasar la oportunidad aún con todo el poder que ostentan, dado que el problema no es económico, sino político.
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