En redes sociales los ciudadanos de Cali mostraron la ausencia de barandales en el puente peatonal que se encuentra ubicado en el Hospital Departamental de Cali.
La ciudadanía ha manifestado, no solo la indignación por el robo de aquel bien público, sino también el temor que sienten por la falta de seguridad que ahora tienen sin aquellas barandas al caminar sobre la obra.
En imágenes se ve cómo algunas personas usan un cuchillo para romper los amarres del elemento de atención de emergencias y huye del automotor, que corresponde al de la ruta T31, antes de que se cierren su puertas.
“El tiempo que demoramos grabando es el mismo que podemos aprovechar para señalar estas acciones. Con ese mismo extintor podemos salvar vidas incluso de los que observan en silencio. Estamos cumpliendo con un servicio que debemos cuidar entre todos”, afirmó Óscar Ortiz, presidente de Metrocali.
A mediados de septiembre de este año, se conoció el caso de un colegio que, por segunda vez, había sido asaltado. Fue en mayo de este año cuando autoridades del Instituto Técnico Industrial Carlos Sarmiento Lora, ubicado en el municipio de Tuluá, centro del Valle del Cauca, denunciaron que habían sido víctimas de los ladrones.
En su momento, se comentó que los atracadores se habían llevado la comida de más de 1.300 niños. Hoy, cuatro meses después, se denunció lo mismo. Ahora, en lugar de comida, los señalados delincuentes se llevaron 30 metro de malla que tenían como objetivo rondar la estructura y cuidarla. Esto, de acuerdo con lo que argumentan profesores y padres de familia, deja el interior del colegio aún más desprotegido.
“Esa malla es costosa y los profesores expertos que saben de herramientas revisaron y dicen que la supieron cortar muy bien. El robo aquí es continuo, hoy se roban una parte, mañana otra y todo porque no hay vigilante que haga ronda. Hay solamente un portero que se debe quedar en la parte de adelante y el resto de la institución queda desamparada”, comentó una de las acudientes en una entrevista con Blu Radio. En mayo, cuando se robaron la comida, esta malla había sido escalada para entrar al colegio.
Dentro del colegio, dicen los docentes y familiares de los estudiantes, hay más de 40 aulas equipadas con televisores y computadores, por lo que es peligroso que la estructura de ese plantel educativo ahora no tenga protección alguna ni más personal de seguridad.
En mayo de 2022, cuando ocurrió el robo de la comida, Martha Tovar, representante de padres de familia, denunció los hechos ante ese mismo medio de comunicación. Reveló que los ladrones se habían llevado embutidos, panes y bebidas.
Así mismo, se llevaron cafeteras, hornos microondas y sandwicheras que le servían a más de 1.300 estudiantes y otros integrantes de la institución. “Dejaron todo vacío y es triste saber que una madre cabeza de hogar se levante para ir a atender su cafetería y al llegar, encontrarla vacía”, dijo Tovar, en su momento.
“Este año se le envío al comandante de Policía una solicitud para que nos ayudara con el patrullaje del cuadrante en la zona y ya sido imposible pues no hemos recibido respuesta ni escrita ni verbal. Los robos se han visto”, puntualizó la madre de familia.
A estas declaraciones se unió la palabra del concejal Cristian Hernández, quien dijo que era necesario que las autoridades competentes debían hacerse caso de ello. “Necesitamos a la gobernadora para que le eche un vistazo a Tuluá porque el mandatario por falta de autoridad nos está dejando un municipio con inseguridad, las bandas delincuenciales siguen creciendo y no se hace nada por parte de las instituciones”, dijo.
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