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Con Tiburones tigre con camarógrafos, científicos descubrieron la pradera de pastos marinos más grande del mundo

El tiburón tigre puede llegar a medir hasta 5,5 metros y pesar 900 kilos, un tamaño que lo convierte en una de las especies de escualos más grandes del mundo. Su nombre proviene de las distintivas rayas o manchas verticales grises que cubren los lados de su cuerpo y en lo que se refiere a su alimentación, puede comer casi cualquier cosa, incluidos otros tiburones, peces, aves marinas, delfines, tortugas marinas, rayas y crustáceos. Sin embargo, lejos de sus aspectos más científicos, el rol que tuvieron estos ejemplares de tiburón tigre, ayudados con sensores de geolocalización y una cámara, fue hacer un descubrimiento clave.

Es que, junto a un equipo de científicos, encontraron en las Bahamas la mayor pradera de pastos marinos detectada hasta el momento en el mundo. Es un ecosistema que ocupa 92.000 kilómetros cuadrados, una superficie cercana a la que tiene la provincia de Neuquén, en la Argentina. Esa pradera es imprescindible para capturar el dióxido de carbono, que es el principal gas de efecto invernadero asociado con la crisis climática que sufre el planeta.

El hallazgo ya llevó al Gobierno de Bahamas a tomar medidas para proteger a la pradera marina/Archivo

En diálogo con Infobae, uno de los líderes de la investigación, el científico español Carlos Duarte, de la Universidad de Ciencia y Tecnología Abdullah, en Arabia Saudita, contó que los resultados del estudio “significan mucho, incluso mucho mas de lo que yo pensaba al diseñar la investigación”. Las praderas submarinas se cuentan entre los sumideros de carbono más intensos del planeta. “Significa que la pradera de Bahamas contiene el 25% de la masa total de carbono orgánico secuestrado en suelos de praderas submarinas en todo el océano. Como ese área es inmensa, existen presiones que están lentamente llevando a pérdidas en esta pradera, como dragados, daños por arrastre de anclas o por trabajos de ingeniería costera”, explicó.

Por tanto, si se evitan esos problemas del ecosistema, se previene la pérdida de esos sumideros. “De tal manera que el gobierno de Bahamas, al que ya comunicamos este resultado, ya aprobó una ley de carbono que regula los mercados de carbono en torno a la protección y restauración de este ecosistema. Dio lugar a un mercado de carbono en Bahamas”, señaló

El hallazgo se hizo en Bahamas, uno de los trece países que forman la América Insular o Islas del Caribe que es conocido como zona turística (Getty)
El hallazgo se hizo en Bahamas, uno de los trece países que forman la América Insular o Islas del Caribe que es conocido como zona turística (Getty) (quackersnaps/)

El hallazgo se publicó en la revista Nature Communications. Los científicos se basaron en los datos que obtuvieron gracias a que los tiburones tigre fueron equipados con instrumentos y, además de realizar estudios por satélite, hubo buzos en el lugar.

Los ecosistemas de pastos marinos desempeñan un papel fundamental en la retención de carbono, la biodiversidad oceánica y los recursos pesqueros. Se calcula que representan el 17% del carbono secuestrado anualmente en los sedimentos marinos. Por lo tanto, la conservación efectiva de las praderas marinas y su potencial para aportar soluciones al cambio climático basadas en la naturaleza es de vital importancia. Sin embargo, hasta antes del estudio había desconocimiento sobre el tamaño y la distribución de los ecosistemas de hierbas marinas.

Para subsanar esas lagunas de conocimiento, Duarte, con el científico Austin Gallagher de la organización estadounidense Beneath The Waves y otros colegas, desarrollaron el método innovador para cartografiar el ecosistema de pastos marinos, que se encuentra en Bahamas, uno de los trece países que forman la América Insular o Islas del Caribe.

Densa pradera de Thalassia testudinum fotografiada en el sur del Gran Banco de las Bahamas mostrando la escarpa de erosión natural que expone la rizosfera de raíces de ~1 metro de espesor (ambas imágenes crédito: Cristina Mittermeier). C Tiburón tigre maduro nadando sobre Syringodium filiforme en el Pequeño Banco de las Bahamas (crédito de la imagen: Austin Gallagher). D POV de un tiburón tigre montado en una cámara nadando sobre una zona densa de Thalassia testudinum en el norte del Banco de las Grandes Bahamas (crédito de la imagen: Tiger Shark from study).
Una comparación entre el trabajo que hicieron los buzos con el rol que se desempeñaron los tiburones en el sur del Gran Banco de las Bahamas/ Cristina Mittermeier -Austin Gallagher

Los tiburones tigre tienen una fuerte preferencia por los hábitats de pastos marinos. Por eso, los autores utilizaron los datos obtenidos de 15 individuos de esta especie equipados con instrumentos para rastrear su ubicación y recoger imágenes del fondo marino. La información obtenida fue combinada con más de 2.500 estudios realizados por buzos humanos para evaluar la presencia de pastos marinos y se integraron con las estimaciones existentes de la cobertura de pastos marinos.

Al analizar los datos, los autores sugirieron que la hierba marina de los bancos de las Bahamas puede cubrir un área de, al menos, 66.000 kilómetros cuadrados y potencialmente hasta 92.000 kilómetros cuadrados. Propusieron que esas medidas lo convertirían en el mayor ecosistema de hierbas marinas del mundo. Además, indicaron que estas estimaciones amplían la extensión internacional de las praderas marinas en un 34% aproximadamente.

El hallazgo pone de manifiesto la importancia de esta región como sumidero de carbono de relevancia mundial. Al tiempo que los autores sugirieron que el descubrimiento deja en evidencia las lagunas en nuestro conocimiento sobre los ecosistemas oceánicos y demuestran el beneficio de utilizar la megafauna oceánica para ampliar nuestra comprensión de los hábitats marinos.

Para recorrer la enorme pradera marina, tenían limitaciones con lo que podían recorrer los buzos. Por eso se eligió a los tiburones/Archivo
Para recorrer la enorme pradera marina, tenían limitaciones con lo que podían recorrer los buzos. Por eso se eligió a los tiburones/Archivo

En ese sentido, el científico Duarte explicó a Infobae que usaron a los tiburones para el estudio porque los buzos tenían una limitación: solo podían cubrir el 5% del área ocupada por la pradera marina. Mientras que estos peces lograron recorrer la mayor superficie posible. Para esto, los expertos los capturaron con un cebo que los inmoviliza, les implantaron los sensores y se liberaron.

“Más allá de las implicancias en torno a la acción climática, el descubrimiento de la pradera marina nos muestra cuánto aún queda por descubrir en el océano y, por tanto, la magnitud del esfuerzo de exploración que está aún pendiente. Más aún, nuestro trabajo muestra que aliarnos con animales marinos es una forma más efectiva de exploración, y descubrimiento. Ellos saben lo que hacen y nosotros a veces buscamos a ciegas en el océano”.

Los tiburones tigre son depredadores agresivos. Según la organización ambientalista Oceana, son famosos por comer casi todo lo que encuentran, o son capaces de capturar. Y aunque se cree que el tiburón tigre es una especie predominantemente costera, su distribución geográfica incluye todas las aguas tropicales y templadas del mundo. Está “casi amenazado” de extinción, afirmaron los expertos y señalaron una reducción de su número a causa de las capturas selectivas y accidentales durante la actividad pesquera. Su fama de especie que muerde a las personas (aunque muy raramente ocurre) los convierte en objetivo de los esfuerzos de control de la población en algunos lugares, una práctica que no está respaldada por los científicos en ningún lugar donde se produce, según advirtió dicha organización.

the Bahamas sampling these gorgeous seagrass meadows with @duarteoceans //  @beneaththewaves
Con los sensores en los tiburones, se demostró el beneficio de utilizar la megafauna oceánica para ampliar la comprensión de los ecosistemas/Beneath the waves

Consultado por Infobae, Juan Martín Cuevas, biólogo y coordinador de conservación de tiburones y rayas de la organización WCS Argentina, comentó: “Estamos atravesando tres crisis interrelacionadas: la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y las pandemias. Actualmente, los tiburones representan el grupo de vertebrados más amenazados de los océanos, y como consecuencia de la sobrepesca estamos mutilando el servicio ecosistémico que brindan para mitigar el cambio climático. Los tiburones -junto con las ballenas- son uno de los grandes reservorios vivos de carbono en los océanos. Pero al no morir de forma natural, no permitimos que depositen el carbono que acumulan en el fondo del mar”.

El experto advirtió que “con cada tiburón que se extrae, colocamos más gases en la atmósfera. Nos enfrentamos a millones de individuos capturados en todo el mundo en general, y en Argentina especialmente, siendo uno de los dos sitios críticos en relación a la captura de tiburones y rayas a nivel global”.

Con respecto al descubrimiento en Bahamas, Cuevas sostuvo que “refleja las ventajas de investigar a las especies marinas para comprender más acerca de los ecosistemas oceánicos. En la costa argentina, también realizamos diversos tipos de estudios con tecnología aplicada para comprender el uso que tiburones, pingüinos, ballenas y elefantes marinos hacen de nuestro mar. Es fundamental sostener estos estudios en el tiempo y asegurar la conservación de estas especies. Es clave reconstruir las poblaciones donde sea necesario y restaurar los hábitats naturales que las sustentan. De esa manera se contribuye a la mitigación y adaptación frente al cambio climático”.

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