Una nueva filtración reveló los nombres de los argentinos que quisieron borrar su pasado de Internet
Borrar el pasado adverso en Internet es el sueño de muchos que pretenden evitar que cualquier persona, con apenas escribir su nombre en Google, pueda conocer esos antecedentes que se quieren ocultar. Entre ellos, acusados por la Justicia de corrupción, narcotráfico o blanqueo de dinero. Pero eliminar viejos registros de la web también puede ser un alivio para muchos otros que, tras haber sido denunciados o investigados por un presunto delito, salieron absueltos y quedaron marcados de por vida en artículos periodísticos y sitios on line.
“Nos dedicamos a borrar su pasado por completo. Porque usted también tiene derecho al olvido”, ofrece Eliminalia, una empresa española que captó en los últimos años miles de clientes de todo el mundo deseosos de borrar su pasado de Internet. Una filtración global liderada por la organización sin fines de lucro Forbidden Stories obtuvo más de 47.000 documentos internos de esta compañía que detallan los oscuros mecanismos utilizados para llevar adelante la tarea que le permitió facturar más de 100 millones de euros en los últimos años.
Entre los documentos filtrados, aparecen 39 argentinos que pagaron por los servicios de Eliminalia. Desde acusados de lavado hasta personas condenadas por narcotráfico, aunque en su mayoría son desconocidos en la escena pública, según los registros revisados por Infobae y La Nación. También hay casos más mundanos de médicos que quieren borrar registros por hechos de mala praxis, o mujeres que simplemente pretendían eliminar fotos comprometedoras suyas publicadas en la web.
Entre los nombres se destacan el financista Diego Marynberg, que fue el cliente que más pagó de todos y la empresaria Silvana Relats, fallecida en 2018, que saltó a la escena pública por su vinculación a uno de los negocios hoteleros del matrimonio Kirchner en la Patagonia. Eliminalia captó, desde sus oficinas en Barcelona a todos estos clientes, aunque a pocos les detalló cuáles eran realmente sus métodos para “borrar el pasado” de Internet.
La compañía española tenía un amplio abanico de estrategias para que sus prácticas fueran exitosas. Primero había amenazas legales a periodistas y medios de comunicación y, si esos intentos eran infructuosos, aparecían otras artimañas, como la creación de fake news con el nombre de los involucrados para que quedaran ubicadas en Google por encima de las noticias que querían tapar. Pero también se activaban bots en las redes sociales para soltar elogios a sus clientes y hasta se podían clonar websites si era necesario, según se desprende de la investigación global liderada por Forbidden Stories.
Los documentos de la nueva filtración fueron procesados por esa organización francesa y el consorcio periodístico internacional OCCRP, en el marco del proyecto Story Killers. Participaron en la investigación global 100 periodistas de 30 medios, entre ellos Infobae y La Nación por Argentina. El leak contiene 47.666 documentos, entre ellos 28.270 contratos, 1.308 imágenes, 6.000 correos electrónicos, que involucran a 598 empresas, 1.252 clientes de 54 países y entre los cuales se encuentran 39 argentinos en un total de 51 registros. Los casos abarcan desde 2015 hasta 2021.
Los nombres argentinos
El financista argentino-israelí Diego Marynberg fue la persona que más dinero le pagó a Eliminalia entre los más de 1.252 clientes que revisó la investigación de Forbidden Stories a nivel global. El dueño del fondo de inversión Adar Capital Partners pagó en total 424.000 euros para ocultar o borrar notas periodísticas negativas que lo mencionan como partícipe de operaciones con dinero manejado por funcionarios venezolano sospechado de provenir de corrupción o de lavado.
Sus negocios en ese país durante el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro lo pusieron hace unos años en la mira de las autoridades norteamericanas, acusación que fue desmentida tajantemente desde la cabeza de su emporio empresarial, Adar Capital Partners. En ese momento, atribuyeron esas publicaciones a una “campaña de extorsión” a través de “noticias falsas” en los medios para perjudicarlo.
De acuerdo con los documentos que aparecen en la filtración, el financista radicado hoy en Israel firmó tres contratos con Eliminalia de manera directa por un total de 20.700 euros (sin considerar el IVA), todos firmados entre septiembre y noviembre de 2016. Buscaba eliminar o desindexar un total de 318 links de más de una docena de medios argentinos – entre ellos Infobae y varios otros sitios de alcance nacional, así como portales internacionales. En su mayoría, hacían referencia a su supuesta participación en la compra de bonos argentinos cuando Axel Kicillof era ministro de Economía en el gobierno de Cristina Kirchner, a quien le adjudicaban un vínculo previo. Sin embargo, muchas de ellas siguen estando online, según corroboró Infobae, entre ellas la de este medio.
Pero el contrato más voluminoso de toda la filtración, por un total de 393.300 euros, lo firmó Adar Capital Partners Ltd, el fondo de gestión de inversiones de Marynberg radicado en las Islas Caimán a través del cual maneja inversiones y fondos millonarios provenientes de grandes fortunas en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Adar contrató a la empresa Reputation UP para que gestione ante Eliminalia el borrado o ocultamiento de las notas, para lo cual le otorgó un poder que limpiara su imagen en la web.
Entre ellas figura una de Infobae de 2019 publicada por la Unidad de Datos de Infobae que sigue en línea, y otra de 2014 sobre la investigación abierta en la Justicia contra Kicillof por supuestamente haber favorecido a Marynberg y su fondo de inversión. El hoy gobernador bonaerense negó conocer al financista y el expediente fue archivado porque no se comprobó que hubiera participado de esa operación.
Infobae consultó a la agencia de prensa española contratada por Adar Capital en 2020, pero informó que ya no lo tenía como cliente y que derivaría la consulta. Al momento de la publicación, no se había obtenido respuesta. También contactó a quien era uno de los abogados de Marynberg, quién dijo que ya no lo representa y que no intervino en la contratación de Eliminalia.
Silvana Relats es otro de los nombres más conocidos entre los argentinos que contrató a Eliminalia. Esta empresaria firmó un contrato de puño y letra en abril de 2017 -un año y medio antes de morir- con la empresa española para borrar cuatro enlaces de medios argentinos que hacían referencia a ella a partir de una presunta relación comercial con el matrimonio Kirchner, pero que se referían a aspecto de su vida privada.
Relats pagó 2.200 euros a Eliminalia para borrar esos enlaces, sin embargo, al menos una de esas notas periodísticas todavía continúa disponible para su lectura y era indexada por Google en una búsqueda regular, según revisó Infobae. La empresa incluyó en la lista de artículos para borrar uno estrictamente judicial que involucraba a la sociedad JCR, las siglas de su padre Juan Carlos Relats, que habría mantenido un vìnculo comercial con los Kirchner a través de la administración de su hotel boutique en El Calafate, que quedó bajo investigación de la Justicia.
Allegados a Silvana Relats indicaron que era “muy probable” que la empresaria haya recurrido a los servicios de Eliminalia -aunque no tenían la certeza- porque “estaba muy angustiada con lo que se decía en Internet sobre ella, su vínculo con el kirchnerismo y su vida privada. Verdaderas injurias que le dolían y por las que también demandó a Google”, indicó uno de ellos. También precisaron que le había iniciado juicio a uno de los periodistas autores de una de las notas y que “lo había ganado”.
Otro de los argentinos que figura en la filtración es Claudio Carrasco, dirigente del Frente de Todos de Suipacha, provincia de Buenos Aires. Este empresario de la carne fue condenado por un hecho de narcotráfico del año 2000 y cumplió una condena de cuatro años en prisión. Casi 20 años después de ese episodio, Carrasco fue candidato a intendente de la localidad bonaerense en 2019 por el kirchnerismo, ganó las PASO dentro del Frente de Todos, pero finalmente perdió las elecciones generales.
Semanas antes de competir en las elecciones, Carrasco habría firmado un poder en favor de Eliminalia, según consta en los registros de la filtración.
La documentación revisada por Infobae detalla que se pedía eliminar artículos periodísticos que se publicaron entre 2000 y 2009 que hacen referencia al caso de narcotráfico por el que Carrasco terminó en prisión. Se pagaron 3.200 euros para eliminar seis links en los que era mencionado directamente. Entre los documentos también aparece una copia de su pasaporte y de cada uno de los artículos periodísticos que pidió borrar.
“Yo no contraté a esa empresa y no sé de qué me está hablando”, afirmó Carrasco ante la consulta sobre su vínculo con Eliminalia. Cuando se le mostraron los documentos de la compañía española, el dirigente kirchnerista dijo: “Esa no es mi firma y yo no puse un ‘sope’. Si hubiese contratado a alguien para borrar mi pasado, al menos hubiera esperado que lo hicieran bien porque lo mío, sobre aquella causa penal, sigue en Internet”, insistió.
A pesar de sus opacas estrategias, Eliminalia no siempre era efectiva en su afán por “borrar el pasado”. Una de las estrategias más curiosas de la compañía era incluir noticias positivas de sus clientes en páginas de Internet de falsos medios de comunicación que llevaban nombres similares a grandes firmas a nivel mundial, como Le Monde France, CNN News Today o London New Times. Además, se creaban cuentas en redes sociales que movían falsas noticias que supuestamente tapaban los enlaces que no podían bajar de los buscadores, una modalidad que involucró, al menos, a un par de argentinos.
Diego Emiliano Corzo Fittipaldi, otro de los clientes de Eliminalia, fue mencionado como posible sicario en la investigación por el asesinato de Leopoldo “Poli” Armentano en los 90′, aunque la investigación no avanzó en su contra. El argentino emigró a España y luego fue detenido por su supuesta relación con una banda de narcotraficantes que había ingresado más de una tonelada de cocaína a Europa. Pero su pasado se hizo más borroso con el paso del tiempo, especialmente porque su nombre aparece vinculado en Internet a las más diversas actividades, notas que lo involucran en la industria del cine, pero también en la inversión de hoteles y hasta en el mundo del fútbol.
Corzo Fittipaldi pagó más de 2.000 euros a Eliminalia, según los registros de la filtración. Este argentino no respondió la consulta periodística enviada por correo electrónico. Su rastro es más difícil de seguir desde que en 2019 requirió a la Justicia quitarse el apellido “Corzo” y quedarse solo con “Fittipaldi”. Según los últimos registros oficiales, él o un homónimo estaría radicado en Broward, el condado donde se ubica la ciudad de Fort Lauderdale, en el estado de Florida.
Hernán Westman tocó las puertas de Eliminalia para borrar una acusación de la que finalmente fue sobreseído en la justicia, pero lejos de estar satisfecho por el servicio, este argentino ahora tiene que lidiar con las fake-news creadas por la empresa española que lo ponderan como un experto en perros, una leyenda del tenis argentino y un exitoso empresario de la industria hotelera.
Su nombre se hizo público cuando allanaron su casa en Nordelta en noviembre de 2017. Westman fue señalado como un lavador del cartel de Sinaloa en Argentina. Un juez lo procesó por el delito, pero luego la Cámara Federal revirtió el fallo y terminó por ser sobreseído. Meses después de haber sido beneficiado en tribunales, Westman se puso en contacto con Eliminalia en 2021 para intentar borrar algunos artículos periodísticos.
“Un enemigo personal me hizo una denuncia falsa en 2016 y el gobierno de turno [por el de Mauricio Macri] la usó políticamente para involucrarme en un caso que nunca existió, por eso la Justicia me sobreseyó. Después del fallo presenté documentación en varios medios de comunicación para que borraran las notas que se habían escrito sobre mí y muchos aceptaron porque realmente había sido una acusación sin pruebas. No quería que mis hijos buscaran su apellido en Google y apareciera eso que me arruinó la vida”, explicó Westmann. “Como no tenía llegada a muchos medios internacionales contraté a Eliminalia para que ellos mostraran la documentación judicial que demostraba que yo no tenía nada que ver con el lavado de dinero ni el narcotráfico”, agregó.
El argentino pagó 20.000 euros para que borraran distintos enlaces de la web que lo acusaban de trabajar para el cartel narco, según los registros de la filtración. Pero la relación con la empresa española no terminó en buenos términos. “Empecé a ver que habían creado noticias falsas sobre mí, como una nota sobre perros, que supongo será una estrategia para el buscador. Pero yo los contraté a ellos para que me ayudaran a sacar fake-news y ellos crearon más fake-news. Les mandé un correo electrónico para que sacaran esas notas pero nunca más me respondieron”.
Santiago Alejandro Lynch es otro de los nombres que figura entre los clientes argentinos de Eliminalia. Este empresario fue denunciado en 2007 por el presunto ofrecimiento de un soborno al entonces diputado Héctor Recalde para detener un proyecto de ley por los tickets canasta. Fue acusado por ese delito y sobre él pesaba un pedido de captura internacional de Interpol, pero finalmente el Tribunal Oral Federal N° 2 terminó por condenar al otro acusado, Miguel Gutiérrez Guido Spano, en 2015, y lo sobreseyó a él en 2016.
Meses después de esa resolución judicial, en abril de 2017, los datos de la filtración muestran un contrato firmado por Lynch con Eliminalia para borrar dos artículos periodísticos que lo incluían, junto a Guido Spano, entre los condenados por el delito. Las notas siguen todavía activas en Internet, pese a que se desembolsaron más de 800 euros por el servicio, según consta en los documentos revisados por Infobae.
Pero Lynch negó haber contratado a Eliminalia. “Yo no contraté los servicios de esa empresa española”, indicó. Y ratificó su negativa cuando se le envió la documentación interna de la firma española, como el contrato y un acuerdo de confidencialidad, ambos firmados. “No es mi firma”, replicó, para luego desligarse de los 820 euros que cobró la empresa por sus servicios. “No lo tengo presente”, replicó ante la pregunta de si un tercero pudo abonar esa suma en su nombre. “Pero esa empresa”, insistió en alusión a Eliminalia, “nunca publicó mi sobreseimiento”.
La firma española afirma que sus servicios borran “información no deseada y errónea” para clientes con “derecho al olvido”, pero sus documentos internos muestran otra cosa: la manipulación a los proveedores de servicios en línea y la utilización de las leyes de derechos de autor como armas para eliminar contenido, con un único objetivo: enterrar la verdad.
Infografía: Andres Snitcofsky
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