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Un raro desacuerdo en Apple sobre un nuevo producto: la historia de los visores de realidad virtual

Tim Cook (REUTERS/Brendan McDermid) (Brendan McDermid/)

Cuando Apple organizó un retiro corporativo en Carmel Valley, California, hace unos cinco años, para hablar sobre su próximo gran producto, Jony Ive, su director de diseño desde hacía mucho tiempo, cautivó una sala con los 100 ejecutivos principales de la compañía con un video conceptual tan pulido como un comercial de Apple.

El video mostraba a un hombre en un taxi londinense poniéndose un visor de realidad aumentada y llamando a su esposa en San Francisco. “¿Te gustaría venir a Londres?”, preguntó el hombre, según dos personas que vieron el video. Acto seguido, la pareja compartía las vistas de Londres a través de los ojos del marido.

El video entusiasmó a los ejecutivos sobre las posibilidades del próximo dispositivo de Apple que cambiaría a la industria: un visor que mezclaría el mundo digital con el real.

Pero ahora, cuando la compañía se prepara para presentar dicho visor en junio, el entusiasmo en Apple ha dado paso al escepticismo, aseguraron ochos empleados y exempleados, quienes solicitaron permanecer en el anonimato debido a las políticas de Apple de no hablar sobre futuros productos. Existen inquietudes sobre el precio aproximado de 3000 dólares del dispositivo, dudas sobre su utilidad y preocupaciones sobre su mercado no probado.

Esa disensión ha sido un cambio sorpresivo dentro de una empresa donde los empleados han construido dispositivos —desde el iPod hasta el Apple Watch— con la determinación de una misión a la Luna.

Lentes de realidad mixta. (foto: MacWorld España)
Lentes de realidad mixta (foto: MacWorld España)

Algunos empleados han desertado del proyecto debido a sus dudas sobre su potencial, dijeron tres personas con conocimiento de los movimientos. Otros han sido despedidos por la falta de progreso en algunos aspectos del visor, como el uso del asistente de voz Siri de Apple, contó una persona.

Incluso los líderes de Apple han cuestionado las perspectivas del producto. Se ha desarrollado en un momento en el que la moral se ha visto socavada por una ola de renuncias y salidas del equipo de diseño de la compañía, incluido Ive, quien dejó Apple en 2019 y dejó de asesorar a la compañía el año pasado.

Un portavoz de Apple se negó a comentar sobre los planes de la compañía para productos futuros.

El visor de Apple es considerado un referente de la realidad virtual y aumentada. Durante más de una década, los líderes de la industria de la tecnología lo han promocionado como la próxima ola informática después del teléfono inteligente. El director ejecutivo de Apple, Tim Cook, les dijo a un grupo de estudiantes universitarios el año pasado que en un futuro cercano “se preguntarán cómo vivían su vida sin la realidad aumentada, al igual que hoy se preguntan: ‘¿Cómo creció la gente como yo sin internet?’”.

Una mujer prueba un sistema de realidad virtual (REUTERS/Nacho Doce)
Una mujer prueba un sistema de realidad virtual (REUTERS/Nacho Doce) (NACHO DOCE/)

Pero el camino para ofrecer realidad aumentada ha estado plagado de fallas, comienzos en falso y decepciones, desde el Google Glass y el Magic Leap, hasta el HoloLens de Microsoft y el Quest Pro de Meta. Apple se considera un salvador potencial debido a su éxito al combinar nuevo hardware y software para crear dispositivos revolucionarios. Aun así, los desafíos son abrumadores.

Meta, la empresa matriz Facebook, ha invertido miles de millones de dólares para tratar de construir un negocio de realidad virtual. La experiencia ha sido aleccionadora. Ha vendido alrededor de 20 millones de sus visores Quest 2 de 400 dólares desde 2020 y recientemente redujo el precio del Quest Pro, su dispositivo prémium, de 1.500 a 1.000 dólares debido a las ventas mediocres.

En comparación, Apple vende más de 200 millones de iPhone al año con un precio de venta promedio de más de 800 dólares.

A diferencia del iPhone, el cual incorporó muchas tecnologías existentes, la realidad virtual les exige a Apple y a otros diseñar nuevos chips y pantallas portátiles, afirmó Matthew Ball, autor de “El Metaverso: y cómo lo revolucionará todo”. “La dificultad del problema ha sido mucho mayor de lo que nadie esperaba”, agregó.

Buscar definir un mercado naciente es una aberración para Apple.

Un hombre usa un sistema de realdiad virtual (REUTERS/Nacho Doce)
Un hombre usa un sistema de realdiad virtual (REUTERS/Nacho Doce) (NACHO DOCE/)

“Apple siempre ha sido bastante bueno para ingresar a un mercado cuando este ya está establecido, y cambiarlo”, afirmó Carolina Milanesi, analista de tecnología de consumo de la firma de investigación Creative Strategies. “Este no es el caso de Apple VR y XR. Todavía hay mucho por aprender”.

El visor luce como unas gafas de esquí. Cuenta con un marco de fibra de carbono, una riñonera para el soporte con batería, cámaras exteriores para capturar el mundo real y dos pantallas 4K que pueden reproducir de todo, desde aplicaciones hasta películas, dijeron dos de las personas. Los usuarios pueden girar un “dial de realidad” en el dispositivo para aumentar o disminuir el video en tiempo real del mundo que los rodea.

Se espera que los visores cuesten alrededor de 3.000 dólares, dijeron tres de las personas. Se le considera un puente hacia un producto futuro, como visores de realidad aumentada, que tendría un atractivo más amplio, pero requeriría de avances técnicos.

Debido a que el visor no se puede usar sobre anteojos, la compañía tiene planes de vender gafas con graduación para las pantallas a las personas que no usan lentes de contacto, afirmó una persona familiarizada con el plan.

Durante el desarrollo del dispositivo, Apple se ha centrado en lograr que se destaque en videoconferencias y en pasar tiempo con otros como avatares en un mundo virtual. La compañía ha bautizado a la aplicación insignia del dispositivo “copresence” (“copresencia”), una palabra diseñada para capturar la experiencia de compartir un espacio real o virtual con alguien en otro lugar. Es similar a lo que Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, llama el “metaverso”.

Milanesi afirmó que la estrategia experimental de Apple con los visores se asemejaba más a la ejecución del Apple Watch que a la presentación del iPhone. Apple presentó en un principio el reloj como una extensión en miniatura de un iPhone. Después de enterarse de lo que los consumidores estaban haciendo con el reloj, la compañía comenzó a comercializarlo más como un accesorio para actividades físicas similar a un Fitbit.

“No es algo que uno esperaría de Apple”, afirmó Milanesi. “Pero Apple es una compañía muy muy distinta”.

© The New York Times 2023

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