La vara del millón de votos y la batalla por la Legislatura: los dos desafíos que marcarán las elecciones generales en Santa Fe
Hay desfile previsto de candidatos a presidente y a diputado nacional y los spots de campaña seguirán repitiéndose por los medios, pero el foco electoral en Santa Fe está puesto en otro lado, en las elecciones locales de septiembre, donde se va a elegir a un nuevo gobernador y el resto de los cargos provinciales. Las internas nacionales de agosto serán una pausa en el medio de otra película, aunque en las próximas dos semanas las campañas van a solaparse y los candidatos provinciales acompañarán obedientemente a quienes los visiten.
Sobre todo en el peronismo, que viene de una estruendosa derrota, se pone mayor énfasis en repetir que no se podrá mejorar la elección provincial si en el medio no hay éxito en la competencia nacional. En los actos esa intención suele expresarse con frases como “no hay 10 de septiembre sin 13 de agosto”, o “no vamos a poder levantar a la provincia sin un gobierno nacional que acompañe”.
Desde la oposición agrupada en el frente “Unidos para cambiar Santa Fe” se adhiere a este último concepto, pero con menos fervor, tal vez con la calma que dio el resultado en las PASO: el contundente triunfo a Maximiliano Pullaro. El peronismo unido se promete dar vuelta esa abultada ventaja pero que parece una misión imposible.
Los datos del escrutinio definitivo no hicieron más que reafirmar la diferencia que la alianza de la oposición le sacó al oficialismo provincial, nada menos que 546 mil votos para gobernador, en una interna donde votó el porcentaje más bajo hasta ahora, el 62% a nivel provincial y menos del 60% en Rosario.
En total, el frente opositor “Unidos para cambiar Santa Fe” cosechó la friolera de 980.567 votos, sumados sus tres candidatos, contra 434.352 del oficialista “Juntos avancemos”. La expectativa para septiembre, donde se presume que va a votar más gente y los electores se repartirán entre los dos principales candidatos, es que Pullaro podría superar la vara del millón de votos, un antecedente que en Santa Fe no alcanzaron ni Carlos Reutemann (fue el que estuvo más cerca) ni Hermes Binner, los más votados en la historia reciente.
¿Se puede dar vuelta?
Dar vuelta esa elección, o sea ganar la provincia para darle un aporte provincial a la elección presidencial de Sergio Massa, es lo que se prometieron esta semana los referentes del peronismo santafesino unido. El mensaje fue un primer impulso anímico en medio del duro golpe que significó la derrota de las PASO, aunque los estímulos no terminan de encarnar en la tropa.
Mientras el candidato a gobernador Marcelo Lewandowski se reunía a solas con el ministro y candidato Massa para apuntalar la campaña del oficialismo, el gobernador Omar Perotti regresaba de la India y se concentraba en valorar esa misión, inédita de una provincia argentina a la segunda economía del mundo, y admitía que las medidas del ministro de Economía para acordar con el Fondo “no son para aplaudir”.
A la hora de enfrentar la coyuntura electoral, el mensaje que el gobernador transmitió hacia adentro de su gabinete de ministros fue enfocar todos los esfuerzos para pelear preferentemente por la categoría de diputado provincial, para que pueda imponerse la lista que el mandatario encabeza y su equipo de gestión integra.
Aunque públicamente va a relativizar ese trascendido, y dirá que nada de lo que ocurra a nivel electoral en Santa Fe puede resultarle indiferente, habrá que seguir los próximos pasos de campaña. “Siempre es el candidato a gobernador el que marca los tiempos; el resto acompaña esa estrategia”, declaró poniéndose al margen de la responsabilidad por los últimos resultados.
Perotti está convencido de que es posible revertir el resultado de las PASO, al menos para quedarse con los 28 diputados que lo acompañan en la lista y que le darían la mayoría en la Cámara baja santafesina. En las primarias para esa categoría, la diferencia entre frentes fue de 91 mil votos, y a priori parece más accesible para una remontada. “Va a tratar de entenderse con Amalia Granata, que le puede ser funcional para restarle a la lista de Clara García”, calculan con un manual de política en la mano desde la oposición.
Las competidoras de la lista del gobernador serán dos mujeres: la socialista Clara García, que se enfrentará por primera vez en un mano a mano con Perotti, y Amalia Granata, que probablemente va a quedarse con una porción de los legisladores que se van a repartir entre el resto de la oposición.
En la provincia suele decirse que Granata hizo campaña con la Fuerza Aérea, es decir, los medios nacionales que se emiten desde Buenos Aires, pero le falta sumar la infantería, que es la recorrida por el territorio. Si la suma, podría ampliar sus números.
Por su viaje a India, Perotti no llegó a tiempo para compartir alguno de los dos actos que se hicieron el viernes en Santa Fe y Rosario para apuntalar la mesa Massa presidente.
Más concentrado en la competencia local que lo tendrá como protagonista, confía en que los comicios de septiembre serán una elección muy diferente a las PASO. Y también un desafío. En sus recuerdos hay dos ejemplos: los comicios de 2015 cuando el peronismo consiguió en las PASO el 20% de los votos y en las generales terminó perdiendo, pero por menos de un punto; y las internas de la última elección presidencial, cuando el ex Frente de Todos había ganado cómodamente y en la general se impuso en Santa Fe Mauricio Macri. “Opciones de cambio siempre hay”, repite con medido entusiasmo desde que se bajó del avión.
También apunta a su tropa que, a diferencia de las PASO, en los comicios generales de septiembre habrá mejor definición de candidatos, al reducirse la cantidad de listas: en Santa Fe para la gobernación habrá cuatro postulantes (antes eran 13) y seis listas para diputados (había 30). En Rosario el duelo por la intendencia será solo entre dos.
También opina que la confrontación que hubo en el frente opositor entre Carolina Losada y Maximiliano Pullaro ayudó a que se concentrara la atención del electorado en esa interna, y despreciara la compulsa ordenada que hubo en el peronismo. Habrá que ver con los números de septiembre en cuánto influyó esa situación.
Los ejes de una nueva discusión
Mientras el peronismo se rearma para barajar y dar de nuevo, el candidato más votado de las PASO en Santa Fe, Maximiliano Pullaro sigue de campaña, como si los 506 mil votos que logró solo con su boleta no hubieran superado claramente a los cuatro candidatos del peronismo juntos. Hasta se despreocupó de buscar una foto con Carolina Losada (que todavía no se produjo), su principal rival de la que debería heredar sus 334.517 voluntades, aunque ella no aparezca ni diga nada.
Pullaro viene haciendo todos los deberes del buen candidato: ya juntó a los referentes de los 15 partidos que integran su frente opositor, y se dedicó desde el día después de las primarias a no sembrar triunfalismo. Siguió recorriendo cada departamento, esta vez para agradecer y comprometer a futuro. El miércoles próximo convocará en Santa Fe a la lista completa de los 28 candidatos para diputados provinciales.
Cuando la mayoría en su entorno ya le ponía el traje de gobernador, prefirió la cautela y no dar ningún voto por ganado, como una estrategia de humildad y para evitar tener que empezar a anticipar medidas, hacer confirmaciones y adelantar cambios, que serán más oportunas cuando sea efectivamente electo y no ahora, todavía en medio de una campaña.
Tampoco va a dar la vida por la interna presidencial. Agradece el apoyo que le brindó desde el principio Horacio Rodríguez Larreta, pero también reconoce que en el medio de las críticas de Losada, Patricia Bullrich lo haya intentado rescatar de las agresiones sin fundamento. Recibirá a los dos precandidatos si se lo piden, pero seguirá en lo suyo.
Sin Losada en el escenario, ahora le tocará al peronismo intentar atacarlo por el lado de la seguridad, donde el exministro se desempeñó cuatro años.
Apenas volvió, Perotti marcó la cancha con eso: “La oposición ha sido parte directa de lo que enfrentamos, al llevarnos en sus 12 años de gobierno a este problema estructural”. Pidió una autocrítica de la oposición, a la que le dirigió elípticamente una referencia: “¿Por qué no hicieron en su momento lo que ahora prometen?”.
Y recordó que “recibimos comisarías cerradas y se iba más gente de la policía de la que ingresaba. Ahora -comparó- vamos a entregar una institución policial mejor de la que recibimos. El que viene tiene muchas posibilidades de arrancar mejor de lo que pudimos arrancar nosotros”, aseguró.
Ahora más metido en la campaña que antes, Perotti reiteró una frase de su mensaje de asunción como gobernador: “Los vínculos con el delito hay que seguir cortándolos donde existan o donde se recrean”, y lanzó lo que podría ser el lema de la campaña de todo oficialismo: “No puede haber vuelta atrás”.
En la oposición lo miran tranquilos, confían que la diferencia de votos que sacaron en las internas se va a sostener y hasta ampliar en las generales, que tienen chances ciertas de ganar la Legislatura completa y que eso es mérito del armado, que demostró que así como hay sumas que restan, este frente sirvió para sumar.
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