Alexa, una gimnasta nada virtual, salda a medias sus cuentas con los Panamericanos
Natalia Arriaga
Madrid, 25 oct (EFE).- Alexa, el famoso asistente virtual que presume de una lista de habilidades que tiende al infinito, es incapaz de hacer sombra a otra Alexa de carne y hueso y con no menos destrezas, entre ellas ser una de la mejores saltadoras del mundo, por mucho que no pueda terminar de demostrarlo en los Juegos Panamericanos.
En Santiago 2023 la mexicana Alexa Moreno saldó solo a medias sus cuentas pendientes con los Juegos. Participó por primera vez, después de tres ediciones en las que la mala fortuna la sacó de la lista, pero una lesión le impidió presentar el salto, su gran especialidad, y solo compitió en asimétricas, el único aparato que no daña su maltrecha rodilla.
Moreno declaró tras su testimonial presentación en Santiago que estaba feliz porque por fin podía tachar de la lista de tareas la participación en unos Panamericanos y que lo primero ahora era recuperarse y preparar París. No mostraba frustración: "Vine a apoyar al equipo". Pero los anales de los Juegos se merecían incluir entre sus medallistas a una deportista de tanta categoría y la próxima edición llegará cuando la mexicana tenga 33 años, quizá tarde.
La gimnasta se lesionó en los recientes campeonatos del mundo de Amberes (Bélgica), precisamente en la prueba de salto, pero logró acabar en la cuarta posición y, además, asegurarse una plaza en los Juegos Olímpicos de París 2024. No es poco: cuarta posición por detrás de las dos mejores gimnastas mundiales, la brasileña Rebeca Andrade y la estadounidense Simone Biles, y de la surcoreana Yeo Seo-Jeong.
Con la nota que obtuvo en Amberes en la final de salto, 14,166, habría sido medalla de plata en Santiago, precedida solo por Andrade.
Moreno nació en Mexicali el 8 de agosto de 1994, el mismo año en que vio la luz Amazon, el gigante estadounidense del comercio electrónico que tiene a Alexa como asistente en línea.
Alexa, la virtual, es capaz de comprar, buscar recetas, apagar y encender las luces, leer libros en voz alta, encargar la comida, programar la alarma y elegir una canción de K-pop.
Alexa, la real, sabe hacer todo eso y además estudió arquitectura, escribió un libro, entrena, hace saltos mortales y piruetas y tiene su anatomía llena de cicatrices.
Antes de los Panamericanos de Guadalajara 2011 se rompió el menisco; antes de los de Toronto 2015, los pómulos; antes de los de Lima sufrió una caída en las pruebas clasificatorias y no recibió una segunda oportunidad para entrar en el equipo; antes de los de Santiago se lesionó en los Mundiales de Amberes y no pudo romper esa racha nefasta y llegar a los Juegos en plenas facultades.
Pero Alexa ha visto cumplido su objetivo disputar el año próximo en París sus terceros Juegos Olímpicos.
En los de Río 2016 terminó en el puesto 31 del concurso completo y fue criticada en su país por quienes consideraban que tenía sobrepeso.
“Lo único que quiero es que dejen de hablar de mi cuerpo y que hablen de mi desempeño como deportista”, dijo.
Su momento llegó en los Mundiales de gimnasia disputados en 2018 en Doha, donde se convirtió en la primera mexicana en subir a un podio mundial con su medalla de bronce, por supuesto, en salto. Por delante de ella solo quedaron Simone Biles, quizá la mejor de la historia, y la canadiense Shallon Olsen.
En los Juegos de Tokio 2020, retrasados a 2021, obtuvo una cuarta plaza sensacional, al borde del podio, en la final de salto ganada por Rebeca Andrade.
Tuvo que afrontar entonces otra mala racha: una operación de hombro en 2021 y una de pies en 2022. Dos años fuera del tapiz a los que puso fin en este 2023 con un retorno a los entrenamientos “sin presión”, pero sin olvidar el reto de París.
En ese periodo escribió y publicó el libro ‘Singular y extraordinaria’, en el que repasó su carrera y se definió como ‘un collage de mil aspectos’.
El resultado obtenido en Amberes alimenta sus esperanzas de volver a rondar el podio, quizá tocarlo, en París 2024.
Moreno se aupó a la primera fila de la gimnasia mundial entrenada por el español Alfredo Hueto, que condujo a la gloria a otro gran especialista en salto, Gervasio Deferr, campeón olímpico en Sídney 2000 y Atenas 2004. Ahora trabaja bajo las directrices del exgimnasta Aldo Torres, que ha sabido darle tiempo para recuperar primero las buenas sensaciones y después los buenos resultados.
Una de las habilidades más curiosas de la Alexa virtual es su modo susurro: a petición de su interlocutor, es capaz de bajar el volumen de su voz metálica para no molestar a nadie. En eso sí se diferencia de su ‘prima’ de carne y hueso, porque Alexa Citlali Moreno Medina habla alto, tan alto como sus saltos, para pedir cita en la lucha por las próximas medallas olímpicas. Aunque por el camino haya tenido que aparcar su sueño de coronarse en los Juegos Panamericanos. EFE
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