El consumo de semillas de chía se ha incrementado notoriamente debido a que su perfil nutricional ofrece muchos beneficios para la salud. Debido a esto incluso han nutricionistas que lo han calificado como un “superalimento”.
Estos granos pequeños se destacan por su alto contenido de ácidos grasos omega-3, fibra y minerales como el calcio y magnesio, lo que los convierte en una gran fuente de muchos nutrientes necesarios para nuestro organismo.
Si bien aportan muchas propiedades, muchas personas las usan por su propiedad de ayudar a reducir significativamente a la sensación de saciedad y bajar los niveles de azúcar y colesterol en la sangre.
Sin embargo, a pesar de todas sus propiedades hay muchas personas que no saben cuál es la mejor forma de consumirla para poder obtenerlos.
Si bien existe la creencia de que para obtener sus beneficios, sobre todo el de tener sensación de saciedad, es necesario humedecerlas, lo cierto es que eso se trata de un mito.
De acuerdo con diversos especialistas, los beneficios de la semilla de chía se obtiene tanto si la semilla está húmeda como si se encuentra seca.
La creencia de que las semillas de chía se deben humedecer proviene del principio de que al hacerlo liberan una capa de consistencia similar al gel que las hace crecer y, por lo tanto, brindar sensación de saciedad.
Esta capa no es otra cosa que su fibra soluble que aporta la chía, la cuál es de un tipo particular conocida como fibra mucílago.
La fibra mucílago es un tipo de fibra soluble que tiene la peculiaridad de liberar esta capa para ayudar a la semilla a mantenerse hidratada y poder germinar mejor.
Muchas personas cree que deben humedecer la chía previa a consumirla para “activar” esta fibra; sin embargo, en realidad, aún si se consume seca dicha fibra se libera al humedecerse en el estómago.
En este sentido, por poner un ejemplo, la chía brindará la misma sensación de saciedad si se consume húmeda que si se come seca, ya que de igual manera duplicará su tamaño al ingresar al organismo.
Es por esto que la decisión de cómo consumirla en realidad dependerá más de las preferencias y los gustos de la persona, ya que algunos prefieren consumirla en agua (sobre todo de limón) y existen quienes gustan de añadirla seca a sus ensaladas; algunos más gustan de consumir los famosos bowls.
En este sentido, debes estar seguro de que ambas maneras te aportarán todos su beneficios.
Los expertos recomiendan ingerir entre 10 y 25 gramos diarios para sacar el máximo provecho a sus propiedades.
¿Cuáles son los beneficios de consumir semillas de chía?
Las semillas de chía destacan por su riqueza nutricional; su aporte de nutrientes supera considerablemente al de otras semillas.
Por ejemplo, contienen el doble de proteínas, son una fuente cinco veces más rica en calcio que la leche, presentan el doble de potasio que los plátanos y triplican el hierro de las espinacas, así como los antioxidantes que se encuentran en los arándanos.
Pero, además, la chía también contiene boro, un elemento que ayuda en la absorción del calcio en los huesos y otros minerales esenciales como el cobre, manganeso, niacina y zinc. Su riqueza en ácidos grasos Omega 3 las sitúa como un alimento cardiosaludable, superando incluso a la linaza y al salmón en este aspecto.
Las proteínas que ofrece son de fácil digestión e incluyen los nueve aminoácidos esenciales. Su alto contenido de fibra soluble contribuye a una sensación de saciedad prolongada y disminuye la tendencia a picar entre comidas.
Además, al tener un bajo índice glucémico, son particularmente adecuadas para personas con diabetes porque ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre.
Además, las propiedades antioxidantes de las semillas de chía fortalecen el sistema inmunológico mediante la eliminación de toxinas. Esto, a su vez, contribuye a que se conserven frescas y comestibles por un periodo de hasta cuatro años.
Su consumo es recomendado en diversas dietas, especialmente en aquellas enfocadas en la reducción de la grasa corporal.
¿Quiénes no deben consumir semillas de chía?
El consumo de semillas de chía, aunque beneficioso, puede llevar a efectos adversos si se ingieren en exceso, particularmente en personas mayores o aquellos bajo tratamiento con medicamentos hipotensores, ya que puede intensificar la reducción de la presión arterial.
Asimismo, quienes están bajo terapias anticoagulantes deben evitar su uso, debido a su potencial interacción.
Adicionalmente, existe la posibilidad de reacciones alérgicas en individuos sensibles a estas semillas o que presenten alergias a frutos secos o plantas relacionadas con el género Salvia.
En situaciones de incertidumbre respecto a la idoneidad del consumo de semillas de chía o la aparición de síntomas alérgicos tras su ingesta, es indispensable la consulta médica para obtener orientación adecuada.
