“Nada”, un inflexible crítico gastronómico porteño y su amigo de Nueva York
Ana Burgueño
San Sebastián, 10 oct (EFE).- Los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat estrenan este 11 de octubre "Nada", una miniserie sobre un inflexible crítico gastronómico bonaerense en horas bajas en la que colabora Robert de Niro, que entra en un hilarante jcuego de palabrotas argentinas para introducir cada uno de los capítulos.
Esta comedia llega a la plataforma Disney+ en España, y a Star+ en Latinoamérica, tras su paso por el Festival de Cine de San Sebastián, donde los realizadores argentinos presentaron la serie junto a sus protagonistas, Luis Brandoni y la actriz paraguaya Majo Cabrera, y sin De Niro, al que la huelga de actores de Hollywood impidió viajar a España.
En el certamen donostiarra se proyectaron los cinco capítulos de "Nada". El carácter de Manuel Tamayo Prats, crítico ya octogenario, se intuye desde el principio, cuando imperturbable afirma ante una "reducción de maracuyá al carpaccio de pulpo" que se ha cometido con el plato "un delito de lesa humanidad".
UN CRÍTICO ANTE LO DESCONOCIDO
Pero al elegante porteño meticuloso e inmutable, la vida le va a colocar ante situaciones inéditas a las que tendrá que enfrentarse por sí solo, como poner una lavadora o manejar un teléfono móvil. Y todo, mientras ha gastado ya los adelantos que su editorial le ha dado por un libro del que no ha escrito una línea. Acabará contando con la ayuda de una joven asistenta, Antonia (Majo Cabrera), pero no sin oponer una firme resistencia.
Brandoni y De Niro eran la única opción para los directores. "No había plan B, tampoco para el resto del elenco. Cada personaje es el ideal para cada intérprete que elegimos", asegura Cohn en una entrevista con EFE en San Sebastián.
Cuando de Niro leyó el guion pidió a los directores "hacer un Zoom". "Tenía los cinco capítulos con anotaciones muy 'old school'. Empezamos a hablar, él siente mucha afinidad con la comida, lo mismo que Luis y que nosotros. Él y Bob tienen además, como sus personajes, una relación vieja. Se daba un juego de espejos entre ficción y realidad", señala Cohn.
El actor neoyorquino, de hecho, viajó hace años a Buenos Aires por su amistad con Brandoni, quien destaca que, no obstante, le sorprendió "la rapidez con la que De Niro aceptó hacer un papel secundario, cuando no había hecho una serie de televisión en su vida".
Opina que su colega estadounidense dice las palabrotas "con mucho gusto". "Son las únicas palabras en castellano que él conoce, las conoce todas", afirma Brandoni, para el que fue "un desafío muy atractivo" interpretar a un personaje "tan controvertido", bonaerense como él, del cual se sirven los directores de la serie para retratar también a su ciudad.
EL BUENOS AIRES DE AYER Y DE HOY
Duprat dice que Buenos Aires es "muy vital en el buen y en el mal sentido, donde pasan muchas cosas, donde está todo en permanente cambio y puesto en duda, todo a cada minuto".
"Y eso resulta muy incómodo y también muy motivador. Nosotros elegimos vivir en Buenos Aires, producir y filmar desde allí. Podríamos hacerlo en otro lado más cómodo, o más apacible, pero ahí estamos", puntualiza. Les atraía también mostrar "una raza en extinción" como la de los críticos, "no tanto de cine como culinarios".
"Nos gustan las críticas más duras porque son las que realmente opinan. Son las más disfrutables, en las que el crítico comparte su manera de ver el mundo. Ahí había un lugar vacante. Ese personaje, que tiene un porcentaje de Luis, es un eslabón perdido de una Buenos Aires que fue muy potente. Es un culto a eso, para que los jóvenes se puedan enterar de que hubo una generación espectacular, con mucho que decir", destaca Cohn.
Majo Cabrera asegura que "los porteños son definitivamente particulares". "Le ponen un sello a Argentina, que en sí misma es particular", matiza la actriz paraguaya.
SERIE SOBRE LA COCINA ESPAÑOLA
Los directores argentinos, autores de películas como "Competencia oficial" y "El ciudadano ilustre", preparan una serie documental sobre la cocina española en la que van a tratar asuntos tan espinosos como la tortilla de patata con o sin cebolla.
"Nuestra condición de extranjeros nos va a dar la impunidad para meternos libremente con todos los temas", bromea Cohn, que adelanta que el chuletón y la paella son otras delicias de las que se va a hablar.
"La verdad -añade Duprat- que a mí me encanta la comida española, me parece buenísima, riquísima, y sé que hay latentes y profundas controversias. No ser locales nos va a ayudar a preguntar".
Su compañero aclara que para este trabajo, más que "la visión de los cocineros cinco estrellas Michelin", les interesa lo que sucede "puertas adentro de las casas", lo que cuenta "la gente de a pie". EFE
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