La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), órgano adscrito a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), bloqueó las cuentas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En este contexto la Máxima Casa de Estudios aclaró que no está bajo investigación de la UIF, por lo que solicitió la pronta liberación de sus cuentas de banco.
“La Facultad de Medicina y sus estados financieros nada tienen que ver con las investigaciones que lleva a cabo la UIF”, sostuvo la UNAM en un posicionamiento emitido este 23 de febrero.
La institución universitaria precisó que quien está siendo indagado es Luis Arturo González Nava, exsecretario Administrativo de la Facultad de Medicina. En ese sentido catalogó el asunto como “estrictamente personal”.
El boletín señala también que González Nava informó a la universidad en diciembre pasado que sus cuentas bancarias personales fueron bloqueadas por órdenes de la UIF y que las de la facultad estaban en la misma situación, ya que su firma aparecía asociada a ellas.
Tras esto la UNAM desginó a un nuevo secretario Administrativo e interpuso juicios de amparo directamente contra el bloqueo de sus cuentas institucionales, toda vez que un juez federal determinó no tomar en cuenta a la facultad como “tercera perjudicada”.
En tanto el asunto queda resuelto, la Secretaría Administrativa y la Tesorería de la Universidad tomaron las medidas necesarias para que la Facultad de Medicina lleve a cabo sus tareas sustantivas sin problema.
¿Cuál es la relación de Luis Arturo González Nava con la UNAM?
Como secretario administrativo, González Nava era el encargado de vigilar que el manejo de los recursos extraordinarios se realizara conforme a los lineamientos establecidos en el reglamento de la UNAM.
También era su función instrumentar las políticas y procedimientos internos de carácter administrativo y proveer a las unidades estructurales de la Facultad de Medicina de recursos para que pudiera desarrollar eficientemente sus actividades.
En suma era responsable de que los recursos de la institución educativa fueran utilizados adecuadamente.
Los detalles sobre la investigación en su contra no fueron dados a conocer por la UNAM. En cambio, la Máxima Casa de Estudios se limitó a explicar que la firma de su excolaborador fue relacionada por las instancias investigadoras con un despacho del que fue socio.
