Starfield: seis meses después del Juego del Año que no fue
El seis de septiembre del año pasado finalmente Starfield veía la luz del día y podíamos conocer de qué se trataba la primera franquicia original de Bethesda en más de 25 años. Un título tan fuerte que, según mails internos filtrados, Microsoft decidió comprar Bethesda por 7500 millones de dólares para que PlayStation no pudiera tenerlo en su catálogo. Una promesa tan ambiciosa que internet se rompió (más de una vez) en base a noticias relacionadas a lo que podría ser este mega evento llamado Starfield.
Seis meses después, hoy no se habla tanto de esta propuesta intergaláctica. Al juego no le fue mal para nada; pero tampoco logró imponerse como otras experiencias de su mismo año e incluso no llegó a calar hondo en la comunidad como si lo han hecho otros videojuegos del estudio. Es momento de hacer un repaso sobre lo que pasó en este tiempo y qué es lo que ocurrió con Starfield. Para ponernos a punto, vamos a remontarnos a las raíces: ¿qué es Bethesda?
Bethesda Softworks es uno de los nombres más imponentes en la industria de los videojuegos. Si bien es un estudio que funciona desde los ‘80, fue en la década de 1990 cuando se volcó de lleno a los juegos RPG de acción y cambió para siempre los videojuegos con The Elder Scrolls: Arena (1994).
El éxito de esa franquicia fue tan grande que el estudio terminó convirtiéndose en una megaempresa que terminó creciendo en valor de mercado y adquiriendo distintas franquicias históricas como Doom o Fallout. A partir del 2002, el nombre “Bethesda” como lo conocemos pasó a ser Bethesda Game Studios, una subdivisión que se dedicó a trabajar íntegramente en la adquirida Fallout y la original The Elder Scrolls.
Bajo el manto continuo de Todd Howard, este estudio logró sus más grandes éxitos con The Elder Scrolls V: Skyrim (2011), Fallout: New Vegas (2010) y Fallout 4 (2015). Todos títulos que no solo rompen récords de ventas y son ampliamente bien recibidos por la crítica, sino también que se jactan de ser revolucionarios e innovadores para el ámbito de los RPG. Eso es Bethesda: ambición e innovación.
Gran parte del éxito de Bethesda recae también en los usuarios. Skyrim y Fallout fueron de los primeros videojuegos que lograron formar una comunidad en internet tan grande que el producto pasó a ser “de uso público”; algo que la misma Bethesda permitió. Muchísimas personas terminaron haciendo sus propios mods, sus propias expansiones y su propio contenido. Incluso muchos terminaron creando estudios de desarrollos de videojuego en base a eso, y a Bethesda le servía porque sin hacer esfuerzo cada vez había más contenido para experiencias que se mantuvieron por casi 15 años.
Es con esos éxitos arrasadores y esa comunidad tan grande que Todd Howard, el principal responsable detrás de todo eso, se permitió agrandar el mito de algo que todavía no existía. “Serán más de 1000 mundos” aseguró en su momento y la prensa lo criticó diciendo que ningún videojuego podía hacer eso sin que sea algo sumamente genérico. “Nuestro generador de mundos puede armar más de un millón” fue la respuesta de Howard a las críticas.
Todd Howard forma parte de ese selecto grupo de personas mega famosas en la industria de los videojuegos que generan hype con solo declarar algo sobre sus próximos trabajos. Es así que Starfield fue formando su séquito de seguidores, con frases que prometían una leyenda: el primer videojuego original de Bethesda en 25 años, el juego más ambicioso que Bethesda ha creado, una aventura especial que nunca nadie jamás pudo hacer. Todo indicaba que Starfield era el juego perfecto que nunca habíamos tenido.
Según Phil Spencer, Starfield era el juego más wishlisteado de la historia de Bethesda al momento de su lanzamiento. Para apelar a una fuente externa, Steam anunció en marzo de 2023 (seis meses antes del lanzamiento) que Starfield era el juego más deseado por la comunidad de su tienda digital en todo el año. La épica de Starfield funcionó a base de la confianza ciega que la gente tuvo en un estudio que supo hacerlos felices, y la promesa de que estaban ante un fenómeno más grande del que podían imaginar.
Trabajo como periodista especializado hace aproximadamente seis años. En ese lapso de tiempo, jamás vi a la prensa y los usuarios enloquecer tanto por reseñas como sucedió con Starfield. Semanas antes del lanzamiento empezaron a filtrarse bocetos de lo que sería el juego; todo era viral, todos los usuarios estaban al tanto y todos los medios querían tener la primicia de qué sucedía con semejante fenómeno. Todo el mundo estaba al tanto de saber si la leyenda era cierta y estábamos ante una obra maestra o si Starfield iba a defraudar. En junio empezaron a salir las primeras impresiones respecto a periodistas que pudieron jugarlo una hora, y el 31 de agosto, una semana antes de su lanzamiento, pudimos conocer la opinión de la prensa. Yo estaba incluído en ese selecto grupo. Vamos a hablar de lo concreto: ¿qué fue de Starfield cuando se lanzó?
Hay promesas cumplidas. Podemos confirmar que Todd Howard vendió un monstruo que realmente existe: la producción es abismal, audiovisualmente es hermoso y es una propuesta gigante con miles de planetas con diferentes biomas, criaturas, armas y personajes que conocer. La mayor pregunta que nos deja todo esto es: ¿se alcanza esta ambición para convertir a Starfield en un buen juego? Acá es cuando empezamos a poner objetos en la balanza.
Hubo cosas que no terminaron siendo lo que prometían: Starfield no es un juego de mundo abierto. Está lejos de serlo y era uno de los principales atractivos que la gente esperaba ver en esta experiencia tan grande. La exploración espacial, muy orientada a la experiencia de ponerte un rato en un simulador de navegación de naves, está muy lejos de lo que el público esperaba para moverse a través de las estrellas.
Por decir algunas cosas que terminaron inundando las conversaciones en internet, Bethesda volvió a caer en las caras y las animaciones extrañas de sus personajes. Esto ya sucedía en juegos anteriores, pero quizás en un ambiente post apocalíptico como Fallout o una épica medieval como Skyrim no se profundiza tanto. Starfield se basa casi exclusivamente en la conexión entre personajes, las decisiones que deberemos tomar (que tienen muy poco peso, dicho sea de paso) y la forma en la que queramos interactuar con ellos. Con el diario del lunes, termina desentonando muchísimo que un título con los mayores valores de producción de los últimos años tenga personajes que generan gracia por cómo se ven y cómo se mueven sus gestos faciales.
Otro de los grandes puntos que pesó a la larga es lo poco intuitivo que es la experiencia y la absurda falta de tutoriales que hay. El 25% de los usuarios que juegan, ni siquiera llegan al primer salto espacial. Y eso sucede en las primeras 2 horas de juego. En mi caso personal, jugué más de 80 horas y elementos que en Skyrim eran trascendentales como las bases terminaron siendo meramente cosméticas en Starfield solo por el hecho de no tener una introducción apropiada. Algo básico como la selección rápida de arma es muy difícil de configurar porque la interfaz no ayuda y en ningún momento de la experiencia te explican como hacerlo. Son situaciones que la UX y UI resolvieron hace más de 15 años y parece ridiculo que Bethesda se las haya pasado por alto.
Otro elemento clásico de Bethesda son los bugs. Muy presentes en todas sus entregas, son resultados de ofrecer experiencias gigantes a nivel producción. En la comunidad, ya se los conoce como “Bethesda Feature” y muchas veces se los ha tomado como a modo de risas ya que los usuarios se aprovechan de estos errores más que sufrirlos. Sin embargo, si vamos a la objetividad, no dejan de ser bugs y errores del título.
Starfield cargó con la premisa de ser “el juego más pulido de lanzamiento en cuanto a experiencias Bethesda” y si tuviese que firmar esta sentencia, lo hago. El lanzamiento fue mucho más prolijo que Skyrim, por ejemplo, que se encontraba repleto de errores. Sin embargo, me da la sensación de que los bugs que había en Skyrim no alteraban la experiencia y Starfield tiene ciertas situaciones referida a la desaparición de personajes u objetos que terminaron afectando más la experiencia de juego a otros usuarios. También, es cierto que ya han pasado seis meses y el juego aún sigue con una enorme cantidad de bugs.
En mi opinión, hay un solo gol a favor que tenemos que concederle de manera masiva a Starfield y que es inapelable. Toda la ambición e innovación que prometieron existe. Te puede gustar o no gustar la navegación espacial, pero es original. Te puede convencer o no la forma en la que están planteados los mundos, pero es real que hay cientos de miles y todos contienen elementos específicos. Te puede gustar o no la forma en la que se emplean las misiones y los diálogos, pero los sistemas de robo, persuasión y saqueo son sumamente originales. La escala audiovisual que presenta es descomunal. Todo en Starfield grita “enorme” y “revolución”, y sin duda es lo más representativo que puede levantar como bandera.
La narrativa que hay detrás de Starfield es quizá el punto más gris que encontramos al respecto. Muchas personas no compraron, muchas otras quedaron sumergidas. Yo soy del segundo bando; me parece uno de los elementos más importantes de esta experiencia. Una narrativa que te invita a reflexionar sobre el ser humano, la religión, la vida, la muerte y que tiene un giro hacia el New Game Plus que en mi opinión es de los más revolucionarios en los últimos años. En palabras de Pete Hines, ejecutivo de Bethesda (palabras muy criticadas también): “Starfield no comienza de verdad hasta terminar la historia principal”.
A nivel personal, mantengo el puntaje y el valor que le puse a Starfield en su fecha de lanzamiento. Soy un convencido de que es un gran videojuego; pero a su vez también formó parte del grupo que cree que no está al nivel de otros títulos del estudio. En cierto punto, creo que hay que dejar de lado un poco el tremendismo y sacarle el peso de Game of the Year a un juego que no lo fue: Starfield es un gran juego, y ya. No necesita ser el juego del año y tampoco es un fracaso por no haberlo sido.
Sí debo admitir que creí que Bethesda le daría muchísimo más soporte al juego en estos últimos seis meses. En entrevistas, se ha mencionado la posibilidad de añadir nuevos métodos de navegación y mecánicas que serían importantes para el juego pero no hay mucha información al respecto y los parches están tardando en llegar. Creo que a la larga, Starfield podría convertirse en una tercera franquicia importante y hay una comunidad dispuesta a trabajar en ello, pero hoy por hoy, Starfield es sólo una sombra de lo que podría haber sido.