La película de las hermanas Wachowski que inspira a ‘Love lies bleeding’, el thriller lésbico de Kristen Stewart
Kristen Stewart ha conseguido redirigir su carrera como intérprete tras protagonizar uno de los grandes fenómenos adolescentes de las últimas décadas, la adaptación cinematográfica de la saga Crepúsculo. Quién iba a decirle a la joven actriz que la sangre iba a ser el tema recurrente de su narrativa audiovisual. Si en las películas que adaptaban las novelas de Stephenie Meyer querían chupar la suya, en Love lies bleeding se rodea de ella.
El thriller lésbico que la ha consagrado ante la crítica, presentado en el pasado festival de Sundance, es una bomba de relojería que no sólo la erige como uno de los iconos LGTBIQ+ de la industria actual, también como una actriz versátil que ha escapado de la jaula del cine juvenil. Stewart es como esa estrella de Disney Channel que rescinde su contrato para vivir una vida alejada del sistema de calificación apto para todos los públicos.
La cinta, dirigida por Rose Glass, cuya ópera prima, Saint Maud, es considerada una obra de culto contemporánea, narra la relación entre Lou (Stewart), gerente de un gimnasio, y Jackie (Katy O’Brian), una mujer con mucha ambición más allá de la dictadura de las dominadas y el peso muerto. Ambientada en el mundo que paralizó la Comunidad Valenciana hace unos años, el culturismo, la trama de la cinta se desarrolla alrededor del romance entre ambas, una pareja que terminará siendo influenciada por el entorno criminal del padre de Jackie.
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Deseo, crimen, acción, ego y la eterna búsqueda del sueño americano. Love lies bleeding (Sangre en los labios en España) es un terremoto que no sólo pretende apelar a los centennials y a los predilectos de A24, la productora de cine independiente de moda en Hollywood. La película de Glass también es un guiño a Lazos ardientes (Bonded en su título en inglés), una cinta dirigida por las hermanas Wachowski, Lana y Lilly, artífices de la saga Matrix. Estrenada en 1996, la película presentó una temática lésbica enfundada en un envoltorio de acción y misterio. Un neo-noir adelantado a su tiempo, pues supuso una ruptura en la demostración en la gran pantalla de una relación (o romance) entre dos mujeres. No en vano, la industria se empeñaba en elevar todos los elementos homosexuales a la imaginación o la doble lectura del espectador.
En Lazos ardientes, Violet (interpretada por Jennifer Tilly) es la novia de César, un blanqueador de dinero de la mafia. Encerrada en casa y centrada en hacerle el mejor cóctel posible a su amado, un día conoce a Corky (Gina Gershon), una ladrona de guante blanco que acaba de salir de la cárcel y que vive en el apartamento de al lado. Unidas por una atracción mutua (la temperatura no deja de aumentar en la cinta de las Wachowski), Violet propondrá a Corky robarle a César los dos millones de dólares que guarda en la caja fuerte.
El thriller de Lana y Lilly es la piedra Rosetta de la que bebe Love lies bleeding, una obra contemporánea que presenta numerosas similitudes con la cinta de las hermanas que cambiaron la ciencia-ficción. La acción, la química entre sus protagonistas y las escenas capaces de aumentar las pulsaciones de la audiencia. Be gay, do crime, el eslogan que han empleado los colectivos LGTBIQ+ estadounidenses para luchar por sus derechos, se convierte en el resumen perfecto de dos películas separadas por casi tres décadas y por una sociedad en la que (esperamos) ya nadie se cuestiona el protagonismo de dos mujeres homosexuales en un largometraje que cuenta con el beneplácito de la audiencia y la crítica.
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