Estos son los “síntomas” que indicarían que El Mayo Zambada sí pactó su entrega y no fue traicionado ni secuestrado por Los Chapitos
Las recientes “caídas” de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, marcan un hito en la historia del narcotráfico mexicano, pero a su vez estas detenciones han planteado interrogantes sobre cómo ocurrieron los hechos realmente, en medio de rumores de traiciones y pactos.
La detención de Zambada, uno de los líderes más longevos y temidos del Cártel de Sinaloa, se produjo el 25 de julio en un aeropuerto cercano a El Paso, Texas. Esta acción fue, según informó este martes el Gobierno de México, parte de un acuerdo entre las autoridades estadounidenses y Guzmán López, quien, tras el arresto de su padre en 2017, había asumido un papel significativo en la organización.
Según el presidente Andrés Manuel López Obrador, la llegada de Zambada en un avión privado junto a Guzmán López fue inesperada para las autoridades estadounidenses, lo que ha llevado a especulaciones sobre si la entrega fue realmente un secuestro o un pacto deliberado.
La situación es particularmente intrigante dado que Zambada, a sus 76 años y con un gran historial de problemas de salud (cáncer, diabetes, hipertensión y artritis), parece haber tomado esta decisión como parte de un acuerdo que podría haber garantizado su bienestar y el de su familia.
Un pacto implícito
María Idalia Gómez, periodista de investigación especializada en temas de seguridad y narcotráfico, dijo en una entrevista con Carmen Aristegui que hay varios argumentos para pensar que lo que pasó con El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López fue una entrega pactada con Estados Unidos.
En primer lugar, la periodista señala que Zambada ha recibido un trato médico especial que no se otorgaría a un prisionero común. Según ella, “está siendo tratado médicamente con todo lo que necesita”. Argumenta que, si Zambada hubiera sido detenido de manera convencional, podría haber sido llevado a una cárcel-hospital, donde recibiría atención médica, pero no con las “prerrogativas tan grandes” que está recibiendo actualmente.
Gómez también destaca la ausencia de reacciones violentas en las áreas de influencia del Cártel de Sinaloa después de las capturas y agrega que, en situaciones similares en el pasado ya hubiera habido una matanza o “depuraciones”.
“Acuérdate por ejemplo de la muerte de Amado Carrillo Fuentes, inmediatamente aparecieron muertos los médicos salvo uno que salió huyendo a Estados Unidos y sigue por allá y lo mismo con los Arellano Félix, cuando mataron a Ramón Arellano hubo una depuración. Las depuraciones son rápidas porque el liderazgo de Ismael Zambada García es brutal”.
La calma actual, misma que no se sabe si va a durar, puede ser un indicio de que existe un entendimiento entre las diversas facciones del Cártel de Sinaloa, lo que contrasta con el patrón de represalias típicamente observado en el narcotráfico, apunta.
Además, añadió que es imposible que El Mayo Zambada haya sido engañado por Joaquín Guzmán López para ir a inspeccionar terrenos, indicando que éste “apenas camina” (aludiendo a que ya se le vio en silla de ruedas).
“Si hubiese pasado lo que se ha dicho de que fue capturado o traicionado, en verdad habría muchos muertos. Dicen que está desaparecido su cuerpo de seguridad, ¿sabes a cuánta gente movía de acuerdo a las múltiples fuentes? Como 40 personas y no hay 40 personas desaparecidas”, puntualizó.
María Idalia Gómez también se refiere a la detención de Joaquín Guzmán López, el ahijado de El Mayo Zambada, sugiriendo que su arresto junto al veterano narcotraficante plantea interrogantes sobre la naturaleza de su captura. Ella afirma: “Me hacía mucho ruido la parte de que Joaquín Guzmán López fuera detenido con él, yo decía por qué, por qué, pues es su ahijado, igual que Ovidio Guzmán, es su ahijado, es muy cercano”. Gómez argumenta que Guzmán López no tendría la capacidad mínima para engañar a su padrino.
La periodista plantea la posibilidad de que los Guzmán López y los Zambada García estén buscando “mudarse” a Estados Unidos y limpiar su apellido al convertirse en testigos protegidos, lo que les permitiría vivir en ese país sin ser perseguidos, todo ello en medio de un fortalecimiento de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar por encima de sus medios hermanos.
“¿Y si se lo subió su padrino (El Mayo) para ser entregado porque la situación de los Guzmán López no es adecuada en México?”, cuestionó.
Finalmente, señala que la preocupación en el campo se centra en los nuevos liderazgos ya asignados. “Ya sabe la gente quién va a ser y cuál es el orden”, menciona, aunque advierte que “eso no significa que va a haber una paz permanente”.
Fuera de la jugada
José Luis Montenegro refuerza la teoría de María Idalia Gómez sobre la captura de El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López como un pacto acordado, a través de varios puntos clave dichos en una reciente entrevista con Azucena Uresti.
José Luis Montenegro menciona que ha recibido reportes de que Zambada ya estaba “prácticamente fuera de la jugada”, con problemas de salud que lo habían llevado a contemplar la entrega. Él afirma que “se estaba gestando una reunión histórica” entre Zambada y su hijo Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, a quien quería ver antes de entregarse, aunque hasta donde se sabe esta reunión no se llevó a cabo.
Montenegro también destaca la “extraña paz” que reina tras estas detenciones, lo que apoya la noción de que hay un acuerdo tácito en juego, ya que, en situaciones anteriores, la captura de líderes del narcotráfico generalmente desencadena una ola de violencia y represalias.
“Reina una paz narca, una extraña paz, no ha pasado absolutamente nada, la escisión de Aureliano Guzmán Loera, El Guano, no se ha pronunciado al respecto, Los Chapitos (Iván Archivaldo y Jesús Alfredo) no han dicho nada, no se han levantado en armas, los remanentes del Cártel de Caborca e Rafael Caro Quintero tampoco han hecho mella, aquí hay una extraña paz, y eso te habla de que, aunque el Gobierno de México envió a 200 elementos a vigilar la zona, en realidad las células del Cártel de Sinaloa están en calma porque saben que este fue un acuerdo, no una traición”, apuntó.
Además, Montenegro menciona la posibilidad de que tanto El Mayo como Joaquín Guzmán López actúen como “testigos protegidos” en un contexto donde se podrían revelar rutas y movimientos políticos importantes, lo que también refuerza la idea de que las entregas fueron parte de un entendimiento más amplio que se desarrolló entre ellos y las autoridades estadounidenses.