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Así es el protocolo de Felipe y Letizia cuando viajan: bolsas de sangre, bebidas especiales y ropa de luto para que no les pase como a Isabel II

Felipe VI, en montaje de Infobae. (Fotos: Europa Press/Casa Real)

La familia real española no se ha querido perder los Juegos Olímpicos 2024 y han viajado a la capital francesa para disfrutar del deporte de alto nivel. Durante estas dos semanas, hemos visto como los reyes mostraban su apoyo a los atletas españoles. Primero viajaron la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, que se dejaron ver por primera vez en el torneo de tenis dobles masculino de Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, con quienes charlaron tras el encuentro y mostraron ante las cámaras una gran complicidad. Letizia también ha sido protagonista, sobre todo, tras un encuentro viral con la prensa española. Y, finalmente, el pasado lunes 5 de agosto, fue el turno de Felipe VI, que viajo desde Mallorca hasta la ciudad parisina y disfrutó de los juegos junto a su protegida, Amanda de Holanda, con la que derrochó complicidad y cariño ya que la ayudó en su primer año viviendo en Madrid.

El monarca tan solo pasó tres días en París, y aunque cualquier persona que no sea de la realeza le vale con una maleta de mano para pasar 48 horas en otro país, el protocolo de los reyes es muy exigente y no viajan si algo falla en su lista de siete puntos imprescindibles que detalla la revista Semana. Algunas de las medidas se pueden considerar caprichos, pero los más relevantes hay que cumplirlos por cuestiones de seguridad o salud. Te explicamos todos a continuación:

Bolsas de sangre

La realeza española sigue un meticuloso protocolo médico en todos sus viajes, incluso dentro de la Comunidad de Madrid. Uno de los aspectos más destacados de este protocolo es la prescripción de llevar siempre una reserva de sangre de los Reyes Felipe y Letizia para atender posibles emergencias. Esta estricta medida de seguridad fue revelada por El Diario de Salamanca durante una visita de la Reina a la ciudad. Esta precaución asegura que, en caso de que ocurra cualquier eventualidad que requiera una transfusión urgente, se dispondrá de los recursos necesarios para abordar la situación.

La reina Letizia, en los Juegos Olímpicos de París 2024. (EFE/Juanjo Martín)
La reina Letizia, en los Juegos Olímpicos de París 2024. (EFE/Juanjo Martín)

Este tipo de medida no es sorprendente dado el alto nivel de preparación y las numerosas contingencias que se consideran en las actividades oficiales de la monarquía española. No obstante, no es común que se revele este tipo de información al público, lo que demuestra el particular interés de los medios en la seguridad y el bienestar de la familia real española. Generalmente, este tipo de detalles quedan confinados en un círculo muy cerrado de confianza personal.

Esta norma surgió a raíz de que Juan Carlos I es A-, un tipo de sangre que es poco común y que solo tiene el 8% de la población española. En el caso de Letizia, es del grupo 0+, que es de los más frecuentes, por lo que no tendría tanto problema en el caso de que fuera necesaria una transfusión. Pero más vale prevenir que curar, así que la bolsa de sangre de la reina siempre viaja con ella.

Una ambulancia siempre disponible

Siguiendo con las medidas relacionadas con la salud de los reyes y su seguridad, otro de los imprescindibles es que haya una ambulancia siempre disponible para cualquier emergencia. Así es en cada evento en el que participan, se encuentra en las inmediaciones del lugar y permanece allí hasta que el acto concluya. Este dispositivo médico no solo abarca los actos públicos, sino que también incluye los desplazamientos, desde su llegada al aeropuerto hasta su alojamiento en el hotel o cualquier otro sitio que deba visitar.

Además de la ambulancia, el protocolo médico de la Casa Real incluye la presencia de un equipo de profesionales de salud que acompañan a los Reyes en sus desplazamientos. Dicho equipo está compuesto por médicos y enfermeros especializados listos para actuar ante cualquier emergencia que pueda surgir durante los eventos públicos o los desplazamientos privados de las monarcas.

La Familia Real disfruta de una distendida cena durante sus vacaciones en Mallorca
La Reina Letizia, la infanta Sofía, Irene de Grecia, Leonor de Borbón, Tatiana Radziwill, la reina Sofía, Jean Henry Fruchaud y el Rey Felipe IV llegan al restaurante "Mía" para disfrutar de una distendida cena (Raúl Terrel / Europa Press) (Raúl Terrel / Europa Press/)

La logística detrás de estos despliegues médicos es compleja y requiere una coordinación precisa con las autoridades locales del lugar visitado. Parte de esta coordinación implica asegurar que las rutas de transporte y los lugares de estancia dispongan de acceso fácil y rápido para los servicios médicos.

Habitaciones de hospital disponibles

En cada viaje de Estado, los protocolos médicos para los miembros de la Familia Real incluyen la disponibilidad constante de habitaciones de hospital, tanto en el servicio de urgencias como en planta. Esto es una condición innegociable que garantiza la seguridad y bienestar de los monarcas mientras están fuera de casa. Puede tratarse de dos habitaciones diferentes, una para cada uno, y deben estar disponibles tanto en áreas de urgencias como en planta asegurando atención completa e inmediata en cualquier situación.

Los protocolos médicos no sólo cubren eventualidades menores o prioritarias, sino que también permiten una respuesta rápida ante cualquier complicación de salud que puedan experimentar los integrantes de la Familia Real en sus compromisos oficiales, reforzando así los esquemas de seguridad y prevenciones en sus itinerarios. Cabe destacar que estas medidas no están limitadas únicamente a los miembros de la actual familia monárquica, sino que también se extienden a otros integrantes que puedan acompañarles en sus desplazamientos internacionales, ampliando la red de seguridad a todos aquellos que forman parte de la Casa Real.

Una planta para ellos solos

Durante su reciente visita de Estado a Dinamarca, Felipe y Letizia solicitaron condiciones especiales para garantizar su seguridad y privacidad. Los monarcas han establecido la necesidad de disponer de una sala y un baño exclusivos para su uso, sin la presencia de otras personas en la planta en la que se alojan. La decisión de los Reyes demuestra su preocupación constante por mantener un alto nivel de seguridad y privacidad, especialmente cuando están fuera de su residencia habitual en el Palacio de la Zarzuela en Madrid. Estas no solo aseguran su tranquilidad, sino también la de su equipo de seguridad y el personal que los acompaña.

Este tipo de solicitudes no son inusuales para mandatarios o figuras de alto perfil en sus desplazamientos internacionales. Sin embargo, la rigurosidad de las medidas exigidas por los Reyes españoles pone de manifiesto el nivel de precaución mantenido durante sus visitas oficiales.

Ropa de luto

Siempre que un miembro de la familia real británica sale del país, lleva consigo un atuendo oscuro para cualquier eventualidad luctuosa, y esta norma también la aplica la monarquía española. Esta práctica protocolaria asegura que, en caso de fallecimiento de un pariente durante el viaje, la vestimenta de los miembros de la realeza sea apropiada al regreso.

El origen de esta regla radica en un episodio ocurrido en 1952, cuando la Reina Isabel II se encontró en un viaje oficial en Kenia. Durante su estancia, falleció su padre, el Rey Jorge VI, y al no llevar ropa de luto, debía esperar en el avión hasta que le llevaran un atuendo acorde para poder desembarcar en Londres. Este contratiempo marcó un antes y un después en las normas de protocolo de la casa real británica.

Los reyes, en marzo, acudiendo a dar el último adiós a Fernando Gómez-Acebo. (EUROPA PRESS)
Los reyes, en marzo, acudiendo a dar el último adiós a Fernando Gómez-Acebo. (EUROPA PRESS) (EUROPA PRESS REPORTAJES/)

Desde entonces, cualquier miembro de la familia real debe incluir en su equipaje un traje negro o un vestido de luto como precaución. Aunque se trata de una normativa obligatoria por la Corona británica, es probable que la monarquía española y otras cortes reales europeas también adopten similares para respetar el protocolo en eventos imprevistos.

Las bebidas esenciales de los monarcas

Felipe VI tiene una predilección particular por una bebida que no puede faltar en ninguno de sus viajes al extranjero: el zumo de tomate. Durante sus desplazamientos fuera de España, el monarca siempre solicita esta bebida antes de iniciar cualquier acto protocolar o institucional. Esto se debe a que sabe que en los eventos estará constantemente ocupado, lo que le impide comer de la misma manera en que lo hacen el resto de los presentes. Se ha convertido en una estrategia para mantenerse nutrido y evitar el hambre durante las largas jornadas.

El zumo de tomate es una solución práctica que proporciona ciertos nutrientes, permitiendo que Felipe VI sostenga su energía y concentración mientras cumple sus compromisos en la representación del país. Este hábito no es simplemente una cuestión de gusto sino también de practicidad y salud.

También Letizia tiene sus preferencias bien definidas cuando se trata de bebidas. Aunque es conocida por su afición al té kombucha, cada vez que viaja a Cataluña tiene una solicitud específica para su equipo: no puede faltar el Vichy Catalán acompañado por una rodajita de limón. Este hábito salió a la luz hace unos años y desde entonces ha mantenido esta preferencia durante sus visitas a la región. Este detalle trivial resalta una conexión personal y cultural que la reina mantiene con las costumbres locales de Cataluña.

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