Los misterios que rodean al cerebro humano son múltiples y se encuentran más vigentes que nunca debido a múltiples factores entre los que destaca la información del entorno, los medios de comunicación y por supuesto la alimentación.
En múltiples ocasiones se han realizado estudios con el propósito de descifrar o descubrir más información sobre el cuerpo humano pero aparentemente la cantidad de preguntas aumenta conforme se desarrollan la ciencia y la tecnología.
Entre las interrogantes que siguen vigentes al día de hoy, un neurólogo decidió realizar una investigación en la que se pudiera demostrar si el consumo de queso proporcionaba algún beneficio al cuerpo o cuáles son los efectos que produce.
Al descubrir que algunos alimentos generan reacciones benéficas y otras perjudiciales, un neurólogo estadounidense llamado Mill Ethienne, desarrolló un experimento con resultados sorprendentes luego de pensar cuáles podrían ser las reacciones que produce el consumo de queso en el cerebro.
Por ser un órgano que controla todas las funciones corporales a través del sistema nervioso como la generación de patrones de actividad muscular o la producción y secreción de sustancias químicas, el consumo de ciertos productos pueden eficientar su labor o afectarla.
Los efectos del queso en el cerebro
Después de obtener resultados de un experimento en el que participaron más de mil personas, el profesor asociado de neurología y medicina en el Instituto Médico de Nueva York, señaló que algunas variedades pueden tener un impacto positivo en la memoria y función cognitiva.
De acuerdo con la investigación realizada en 1, 200 personas adultas mayores de 65 años, el consumo de queso feta, originario de Grecia y el cheddar, original de Somerset, Inglaterra, puede proporcionar resultados positivos en el rendimiento del cerebro.
Aunque predominan los beneficios en este tipo de quesos, Etienne señala que las ventajas se adquieren dependiendo de la calidad del alimento, por lo que deberían evitarse los que son más procesados y aconseja reducir el consumo de las opciones envasadas individualmente o untables debido a que pueden contener aditivos perjudiciales para la salud como el diacetilo que es utilizado para dar sabor pero puede contribuir al deterioro de la memoria y aumentar el riesgo de enfermedades cerebrovasculares.
Entre las principales ventajas de consumir queso cheddar destaca su alto contenido de dos aminoácidos muy importantes que son el triptófano, precursor de la serotonina, el neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo y la tirosina, que estimula la producción de dopamina y la sensación de placer.
Los nutrientes que aportan los quesos son ricos en vitamina B12, calcio y fósforo, minerales esenciales para el funcionamiento cerebral.
En caso de que se perciba que el consumo de queso está afectando a nuestra salud cerebral, el doctor Etienne señala que lo primero que se debe hacer es escuchar las señales corporales, puesto que al ingerir tipos con un alto nivel de lactosa, los problemas digestivos son muy notorios, tanto que incluso es posible que su impacto resulte negativo en el cerebro.
Al tener esto como antecedente, el neurólogo opta por recomendar opciones bajas en lactosa y poco procesadas como el suizo, el parmesano o el cheddar. Además, recomienda la variedad feta porque está elaborada con leche de oveja o cabra, lo que proporciona más beneficios que la de vaca.
Otros beneficios de consumir queso cheddar
Entre los beneficios del queso para la salud está la presencia de calcio, que es vital para mantener huesos y dientes fuertes. Señala Medicover Hospitals que una sola porción de queso puede proporcionar el requerimiento diario de calcio, por lo que también su consumo debe ser con medida.
También es una excelente fuente de proteína de alta calidad, esencial para la reparación y el crecimiento muscular que igualmente es necesaria para la producción de enzimas y hormonas. Al incluir queso en sla dieta es posible satisfacer las necesidades diarias de proteínas.
Incluso contiene vitaminas y minerales como la vitamina A, B12, zinc y fósforo. Estos nutrientes respaldan diversas funciones corporales, como la salud del sistema inmune, la formación de glóbulos rojos y la producción energética.
