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Bajo presión judicial, Bolsonaro contraataca

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, cada vez más cercado por las investigaciones judiciales, está lejos de bajar la cabeza e incrementa sus ataques contra las instituciones, moviliza a sus bases y estrecha sus alianzas políticas.

La mayoría de los analistas considera mínima la posibilidad de que el presidente ultraderechista sea destituido, debido a sus apoyos en el Congreso, pero algunos estiman que podría ser declarado inelegible para un nuevo mandato.

Su reelección en 2022 se anuncia complicada: su popularidad está en su punto más bajo, en particular debido a su manejo de la pandemia, y las encuestas muestran que el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva lo vencería con holgura.

El inicio de la semana fue convulso, con la apertura de dos investigaciones en su contra por parte de los más altos órganos judiciales.

El lunes, el Tribunal Superior Electoral (TSE) lanzó una primera bomba, al indicar que las constantes denuncias de Bolsonaro contra el sistema de votación electrónica son pasibles de enjuiciamiento por "abuso de poder político y económico".

Si las investigaciones revelan delitos electorales cometidos antes de asumir el poder, en enero de 2019, su mandato podría ser cancelado, una opción considerada poco probable por los especialistas.

– "Alianza estratégica" –

"Ese es el mayor peligro para Bolsonaro, pero queda poco tiempo para que eso ocurra" en los 17 meses que le restan de mandato, dijo a la AFP Acacio Miranda da Silva Filho, experto constitucionalista de la universidad Facultades Metropolitanas Unidas.

Pero si se demuestra que Bolsonaro violó la ley electoral durante su mandato, el TSE podría declararlo inelegible.

El miércoles, un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) ordenó otra investigación contra el mandatario, por difundir información falsa sobre las urnas electrónicas.

Este caso podría también costarle su mandato, pero dos factores hacen poco probable su destitución.

Para que el trámite tenga éxito, Bolsonaro tendría que ser denunciado por el Fiscal General Augusto Aras, un aliado cercano. Y si eso ocurriera, la apertura de un proceso de destitución debe ser validada por dos tercios de la Cámara de Diputados, opción también muy poco probable en la actualidad.

Pero los reveses se le acumulan. En julio, el STF había ordenado la apertura de una investigación por sospechas de que Bolsonaro ignoró acusaciones de corrupción en la negociación por su gobierno de dosis de la vacuna india Covaxin.

Además, una comisión senatorial investiga las causas de su fracaso en la lucha contra el covid, que ya ha dejado 560.000 muertos en Brasil.

Para limitar el riesgo de juicio político, el presidente ha fortalecido sus vínculos con el "Centrao", un grupo de partidos conservadores que tradicionalmente cambian su apoyo en el Congreso por cargos e inversiones en sus estados o municipios.

Uno de los líderes de ese grupo, Ciro Nogueira, asumió la semana pasada como ministro Jefe de la Casa Civil, una especie de jefe de gobierno en el sistema político brasileño.

– Ataques virulentos –

"Bolsonaro, a la defensiva, hizo dos movimientos: atacar a la justicia electoral con el tema del voto impreso y blindarse ampliando en su gobierno la presencia del 'Centrao'", explicó Paulo Baia, politólogo de la Universidad Federal de Rio de Janeiro.

Y es cada vez más virulento en sus ataques.

"O hacemos elecciones limpias en Brasil o no habrá elecciones", dijo hace tres semanas.

La escalada continuó tras el anuncio de las investigaciones del TSE y el STF.

"Estas investigaciones no tienen base legal. ¿Están dentro de las cuatro líneas de la Constitución? No. Entonces, el antídoto para eso tampoco está dentro de las cuatro líneas de la Constitución", amenazó el miércoles en una entrevista radial.

El jueves, el presidente del STF, Luiz Fux, anunció la cancelación de una reunión de jefes de los tres poderes, debido a "las ofensas y ataques" de Bolsonaro contra miembros de esa corte y a sus cuestionamientos del sistema electoral.

Además, 260 personalidades influyentes, empresarios, economistas y líderes religiosos publicaron un manifiesto en defensa del actual sistema de voto.

Baia considera improbable un golpe de Estado.

"Vamos a tener es mucho ruido, mucha agitación. Conociendo la trayectoria de las Fuerzas Armadas, van a declararle su apoyo ahora, pero no avanzarán hacia un golpe", aseguró.

Bolsonaro no tiene la intención de claudicar y busca movilizar a su núcleo duro de seguidores.

"Mi ejército es el pueblo brasileño", dijo por videoconferencia a miles de manifestantes que protestaban contra el voto electrónico el pasado domingo.

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