Adela Montesinos: la poeta que peleó con su pluma y sus ideas de libertad
En el Perú ha habido y hay muchas formas de sostener las mil y una batallas que como sociedad todavía tenemos pendientes de solución.
Algunos escogieron las más tradicionales como el fusil o el sable. Pero otros lo hicieron desde un lado bastante particular: la poesía. Y es que desde ahí también se combate y se pueden lograr algunas victorias que quedan en la memoria colectiva, a pesar del paso del tiempo.
Una de esas almas rebeldes que ayudó al Perú a darle la forma que tiene hoy es la poetisa, escritora, feminista y militante política limeña de ascendencia arquipeña, Adela Montesinos y Montesinos, quien con su trabajó luchó contra las leyes que tenían atadas de manos a las mujeres de inicio del siglo XX. Esta es su historia.
La fuerza de la palabra
Nacida el 12 de setiembre de 1910, en el seno de una muy bien acomodada familia arequipeña, sus padres fueron Guillermo Montesinos Pastor y María Julia Montesinos Martínez. Tuvo un hermano, Alfonso, que llegó a convertirse en senador de la República.
A pesar de no pasar penurias económicas, Montesinos abrazó desde muy joven los ideales de justicia social.
Con tan solo 19 años, comenzó su vida como periodista en el diario ‘Noticias’ de Arequipa, aunque sus polémicos artículos los solía firmar como ‘Alma Moreva’.
En estas notas periodísticas, que causaron más de un revuelo en la sociedad de alta alcurnia de la ‘Ciudad Blanca’, Montesinos hablaba sobre la necesidad que tenían todas las mujeres de aquellas épocas, y hoy también, de tener autonomía económica y emocional.
De igual manera, emprendió una férrea lucha contra contras la discriminación que sufrían aquellas mujeres que se tuvieran el atrevimiento de convertirse en madres solteras y de los llamados ‘hijos ilegítimos’. Además de defender la familia horizontal. Todos estos temas fueron motivo de debate público por mucho tiempo.
Fundadora del Partido comunista
Al llegar 1929, Montesinos fue la única mujer en la fundación del Partido Socialista de Arequipa. Para el año siguiente esta organización cambiará de nombre y se llamaría Partido Comunista, justo meses antes de la muerte de José Carlos Mariátegui.
Durante la ceremonia de fundación, no sería una más, sino que pasaría a la historia porque se atrevió declamar algas poesías de su autoría. Los que compañeros no sabían todavía, era que Montesinos se estaba preparando, sin saberlo tal vez, para otro momento más importante aún.
Esa ocasión de relevancia no tardaría en llegar, ya que en 1931 se organizó un gran mitin en la Plaza San Martín debido al alza de los productos de la canasta básica de aquel entonces. Todo se debía al crack del 1929 y el Perú fue uno de los afectados. Aquel día histórico, Adela Montesinos tomó el micrófono y emitió un emotivo discurso ante la masa presente en contra del gobierno.
Justamente ese 1931 conoció al joven dirigente universitario comunista de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Pompeyo Herrera Mejía, con quien contrajo matrimonio.
Si vas para Chile
Sin embargo, la dictadura de Luis Miguel Sánchez Cerro ya tenía entre ceja y ceja a Herrera Mejía hasta que logró su captura y lo deportó a Chile.
Entonces Adela no vio otra solución que acompañarlo a su destierro. Pero tan solo algunos meses después de llegar al país vecino del sur, Herrera muere víctima de la tuberculosis.
A pesar del dolor que esto le causó, Montesinos no reculó en su lucha feminista y durante su estadía en Santiago se unió al Movimiento por la Emancipación de la Mujer para lograr la unión de las mujeres chilenas. Con este fin es que continúa su faceta como periodista y escribe una gran cantidad de artículos a favor de la causa con el seudónimo de ‘Fernanda Martínez’ para el diario ‘La mujer nueva’.
También se desempeñó como obrera en una fábrica mientras editaba una revista.
De vuelta al Perú
Viuda y con hijos, Adela regresa al Perú para poner al servicio de Acción Femenina, grupo fundado por ella misma en 1936, todo lo aprendido en tierras chilenas y continúo con lo que mejor sabía hacer: escribir artículos.
Solo que esta vez, lo hará desde un punto de vista centrado en una nueva forma de maternidad. Lo que no cambiaría sería su lucha por denunciar la desigualdad que ante la ley seguía existiendo entre los hijos legítimos e ilegítimos.
Casada de nuevo en Arequipa, su nuevo esposo le hizo ver la realidad de las comunidades campesinas y eso solo reafirmó sus convicciones. Entonces se dedicó a las labores en el campo como matrona y doctora.
Estas labores las realizaba mientras se mantenía informada los sucesos de la Segunda Guerra Mundial. Para ello solía usar una batería de un camión que le servía como generador.
Adela también colaboró en Radio Nacional durante su segunda venida a Lima. De igual manera, participó en la fundación de la Asociación de Escritores y Artistas (ANEA), en la cual fue bibliotecaria.
En palabras de su hija Dunia, Adela Montesinos siempre respiró del oxígeno “ideológico, militante y revolucionario” que solo el feminismo era capaz de generar en ella.
Finalmente, en 1973 edita su único libro de poemas llamado ‘Arcos Hondos’. Adela Montesinos muere en Lima, el 2 de abril de 1976.