Las perlitas de las elecciones: la foto de Massa con un ex futbolista, la confusión de Jorge Macri y la cábala de Juntos por el Cambio
Argentina vota este segundo domingo de agosto de 2023. Abren las escuelas, los clubes y los comicios generales de las elecciones PASO, un acrónimo que quiere decir que son primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias. Se despliegan los clichés que repiten cada candidato ante los micrófonos de los medios apostados en los centros de votación de los apellidos más preponderantes: “la fiesta de la democracia” y los consejos unánimes de invitar a los ciudadanos a votar. El asunto monopoliza la atención pública y concentra las discusiones. Por fuera de la periferia electoral quedan reducidos otros temas de interés relativo. Pocas veces los habitantes de un país invierten minutos de su domingo para un hecho aislado, esporádico: los días de votación suelen ser “especiales”.
Y en esa tesitura, florecen las singularidades, las consabidas “perlitas”. Lo que definen estos comicios es importante: los cargos ejecutivos nacionales, como, por caso, el próximo presidente, y cargos locales en elecciones no desdobladas como la ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Catamarca y Santa Cruz. Escondidas en la sobriedad de un acto cívico, aparecen las peculiaridades: situaciones random, fuera de protocolo, esencialmente raras, que desdramatizan y acompañan cada elección.
Sergio Massa fue el primer precandidato a presidente en emitir su voto. El representante de Unión por la Patria ingresó a la Escuela EP N°34/ES N°45, de la localidad de Tigre minutos después de las 8:30. Antes de que se dirigiera al aula, un ex futbolista le robó minutos ante las cámaras. Fue campeón de América y del Mundo en 1984 con Independiente, campeón de la Copa América con la Selección Argentina en 1991, un futbolista con pasado en River, Lanús y Banfield, entre otros clubes, que nació en Adrogué en 1963. Le dicen Loco, es Carlos Alberto Enrique. Se retiró del fútbol en 1996, fue técnico y trabajó en el programa “Tribuna Segura” del Ministerio de Seguridad.
Su presencia en la escuela donde votó Massa es una incógnita. Su ideología, no. “Hombres y mujeres leales al peronismo somos muchos. Yo no tengo ningún beneficio y no hago esto para tener ningún beneficio. Soy peronista y voy a morir peronista porque sé que son los únicos que ayudan a los de abajo, el resto es puro cuento, es pura mentira”, dijo una vez. Se llevó una foto con el precandidato a presidente respaldado por el kirchnerismo.
A las 9:41, Jorge Macri, precandidato a Jefe de Gobierno porteño por el espacio oficialista de la Ciudad de Buenos Aires, concluyó su sufragio en la Escuela Lenguas Vivas. Los medios televisivos lo esperaron a metros de la mesa de votación. En la primera pregunta, el candidato único del PRO quedó envuelto en medio de una confusión por una supuesta falta de boletas. “¿Pudo votar normalmente?”, le preguntaron. “Sí, lo que pasó fue que me confundí porque había una (boleta) cortada y pensé que no había de esas”, respondió abriendo una interrogante sobre lo que en verdad le sucedió.
“Mi principal deseo es que vote mucha gente, que participe en paz y en tranquilidad. Me parece muy importante que nadie deje de tomarse las dos horitas para salir de su casa, llegar al lugar de votación, disfrutar, algún abuelo que vaya con su nieto, la doble experiencia de poder usar voto papel y voto electrónico”, expresó Jorge Macri minutos después. Cuando le marcaron que hubo denuncias por falta de personal para el desarrollo de unos comicios ordenados y por inconvenientes en el funcionamiento de algunas máquinas, el primo del ex presidente remarcó: “A mí me anduvo muy bien. Yo me sentí cómodo. A lo largo del día las autoridades se van a ir poniendo más ágiles. Seguramente, como todo arranque electoral siempre hay problemas pero se van a ir normalizando en el día. Siempre los arranques son un poquito complicados”.
Jorge Macri contó, finalmente, antes de despedirse de los periodistas, que llegó al colegio con facturas y palitos de queso para alimentar la mañana y amenizar el mediodía. Lo mismo suele hacer Mauricio Macri cada vez que le toca emitir su sufragio. El hábito esta vez se extendió también al principal contrincante de los Macri en la Ciudad de Buenos Aires: Martín Lousteau, el líder de Evolución Radical que desafía la hegemonía de 16 años consecutivos de gobiernos amarillos en la Ciudad de Buenos Aires. Ingresó al Centro Educativo San Francisco Javier del barrio de Palermo a las 8:30 de la mañana con una bolsa de facturas en su mano izquierda. La costumbre ciudadana de contribuir gastronómicamente con la tarea de los presidentes y fiscales de mesa llevada al marketing político por los candidatos.
Minutos después, en Tigre, el Jefe de Gobierno porteño y precandidato presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, dio una conferencia en un mitin clásico de Juntos por el Cambio: el desayuno con los dirigentes que integran su boleta. La mesa amplia y abierta, dispuesta en forma de letra C, de frente a las cámaras, con tazas, vasos de jugos, de agua, con masitas dulces dispersas, se convirtió en una suerte de cábala o de tradición. Participaron también el aspirante a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, el precandidato nacional al Parlasur, Waldo Wolff; los precandidatos por la provincia de Buenos Aires: a senadores nacionales, José Luis Espert y Cynthia Hotton; a diputada nacional, Silvia Lospennato; y los precandidatos por la Ciudad de Buenos Aires: a diputados nacionales, Maximiliano Ferraro y Álvaro González; y al Parlasur, Soledad Acuña. Los acompañaron, a su vez, Maricel Etchecoin, presidenta de la Coalición Cívica en Provincia de Buenos Aires, los precandidatos a intendente de Tigre, Segundo Cernadas, y de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.
Juan Grabois desentonó. Luego de votar en la escuela número 46 de la Ciudad de Buenos Aires a las 10:20 de la mañana, se acercó a dialogar con la prensa. No apeló al rictus alegre y descontracturado que suele mostrar aquellos que hablan del acto de votar como una celebración democrática. No lloró el precandidato presidencial de Unión por la Patria y líder del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE), pero pareció haber estado cerca. Quedó sumergido en la aflicción y el desconsuelo, y en un tono de voz pesado, severo.
“Mi deseo es que cuidemos la democracia -relató-, que no sea una democracia meramente formal en la que solamente se vota, sino una democracia real, con plenos derechos a la tierra, techo y trabajo, a la justicia social y a la vida. Que este proceso electoral sirva para una Argentina más humana, con menos crueldad, con menos sangre, con menos dolor. Es un día particularmente triste para mí por lo que pasó por la hija de un compañero, por la actitud buitre que vi en estas últimas 24 horas. Cosas que no vi nunca. Y al mismo tiempo, de la tristeza construir esperanza. Con la democracia y siendo buena gente, podemos construir un país humano, donde volvamos a querernos entre nosotros, a ser solidarios y tener la posibilidad de ser felices”.
Se refirió a la muerte de Morena Domínguez, la niña de 11 años que fue asesinada el pasado miércoles en el partido bonaerense de Lanús. Contó que una compañera le curó el “ojeado” dado que “tenía algunas malas energías concentradas en mí” y que estuvo con la compañía del padre Charly y de las “doñas, las verdaderas heroínas de nuestro pueblo que cuidan las barriadas” en Villa Palito. “Ahora es momento de hacer silencio y escuchar a nuestro pueblo”, cerró Grabois, visualmente angustiado.
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